"Oscar" es un gato que vive en una residencia para ancianos en Rhode
Island (EE.UU.), y en los últimos cinco años ha percibido la muerte
inminente de unos 50 pacientes, a los que se ha empecinado en
acompañarlos en su transición final.
La historia del gato que anuncia misteriosamente la muerte de los
ancianos ha sido llevada a un libro y a un documental, que han sido
publicados esta semana.
El autor, el doctor David Dosa, se mostraba escéptico cuando escuchó
las historias acerca de "Oscar", pero decidió hacer un seguimiento de
los casos en los que el felino, adoptado en 2005 en la Residencia de
Cuidados y Rehabilitación Steere House, en Providence, Rhode Island, ha
anticipado la muerte de un anciano.
Dosa es un geriatra de 37 años de edad y profesor en la Universidad Brown.
En su trabajo, el geriatra no da una explicación científica del
comportamiento de "Oscar", pero sí adelanta la teoría de que el felino
percibe el olor de las células que mueren, tal como algunos científicos
dicen que hay perros que olfatean la presencia de ciertos tipos de
cáncer.
La teoría se relaciona con las quetonas (cetonas), bioquímicos que
emiten un olor característico cuando las células del cuerpo se empiezan
a degenerar, y que el olfato de un gato podría detectar.
El misterio es por qué sólo "Oscar" parece atraído. En Steere House hay otros cinco gatos y ninguno se comporta de esa manera.
La residencia para ancianos cuida a pacientes en las últimas etapas
de la demencia senil, y con certeza tan infalible como inefable,
"Oscar" trepa a la cama y se acurruca junto a los pacientes pocas horas
antes de que mueran.
"Y no es que se relaje", escribió Dosa en su libro. "'Oscar' puede
irse por un par de minutos, busca algún bocado y retorna de inmediato al
lado del paciente. Literalmente, está en vigilia".
Al principio, relata Dosa, "Oscar" pasaba los días en la residencia
visitando las diferentes habitaciones, donde olisqueaba un poco a los
pacientes pero no pasaba demasiado tiempo con alguna persona. Excepto
cuando se aproximaba la muerte.
La percepción de "Oscar" ha resultado tan precisa que el personal de
la residencia, incluido Dosa, saben que es tiempo de avisar a los
familiares del paciente cuando el gato se acuesta a su lado, aunque el
moribundo esté demasiado enfermo como para notar su presencia.
Y si alguien trata de mantener a "Oscar" afuera de la habitación de
un moribundo, el gato araña las paredes y las puertas intentando entrar.
"Mi propia vanidad intelectual me hacía fácil rechazar la noción de
que algún gato errante pudiera saber más que nosotros, el personal
médico", añade Dosa en su libro.
Pocos años atrás hubo un caso que convenció a Dosa de que estaba completamente equivocado.
Había dos pacientes moribundos en salas muy apartadas de la
residencia. Una empleada que había notado la aptitud de "Oscar" para
percibir el comienzo de la muerte sacó al gato de la habitación de un
paciente y lo trajo a la de la persona que, en opinión de los médicos,
estaba más cerca del final de su vida.
"La asistente trajo al gato, furioso y lo puso sobre la cama",
relata Dosa. "'Oscar'" saltó afuera de la habitación y se fue corriendo
a la otra habitación. Y "Oscar" estaba en lo cierto. Ese paciente
murió esa noche. Y el paciente que nosotros creíamos que moriría
primero vivió un par de días más".
A lo largo de los años, los familiares de los pacientes han aceptado
la presencia de "Oscar", que vaticina la proximidad de la muerte, por
la compañía y la serenidad que ella trae a sus seres queridos.
En algunos casos, los obituarios de pacientes que han muerto en
Steere House incluyen la frase: "... murió en compañía de su familia y
de 'Oscar' el gato"
Puffff," que escalofrios me da esta historia"
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