sábado, 31 de diciembre de 2011

Feliz año nuevo a todos....




Si estás esperando la buena fortuna para este Año Nuevo, comete tu docena de uvas a la medianoche acompañadas de un buen champán (o de vino albillo de Cadalso...)

A la medianoche en La Celebración de la víspera de Año Nuevo, la dulzura de cada una de las doce uvas te indicará la calidad de cada mes que tendrás por delante para este Año Nuevo, y que mejor que acompañarlas brindando con un buen champán.


FELIZ AÑO NUEVO PARA TODOS...


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Noche vieja en el Mundo....





Ya no queda tanto para la llegada de la última noche del año. En casi todos los lugares del mundo, este acontecimiento se celebra por todo lo alto.
En nuestro país, la tradición dicta que la última noche del año, es una noche para reunirse con los seres queridos y comer doce uvas al son de doce campanadas, prediciendo buena suerte para el año que comienza si consiguen comérselas todas. El centro de Madrid, concretamente el kilómetro cero o Puerta del Sol, reune a millones de españoles que se aglomeran para dar la bienvenida al año que empieza.
Cada país tiene su particular tradición para despedir al año.¿Qué os parece si hoy conocemos algunas de ellas?
Por ejemplo, Sudáfrica, celebra la entrada del año no con uno, sino con dos años nuevos. Los sudafricanos hacen sonar las campanas de las iglesias y, en algunas zonas del país, pueden verse multitud de disfraces por las calles, donde los sudafricanos gritan “Gelukkige Nuwe Jaar” (Feliz año Nuevo), al ritmo de tambores y demás instrumentos de percusión.
Los Daneses no se dejan llevar por los ajustes de la crisis, al menos durante esta última noche, porque, en la víspera de año nuevo, se dedican a lanzar contra las casas de sus amigos todos los platos que han ido usando durante el año. Aquellos que más platos rotos hallen al día siguiente al lado de su puerta, son de los que más amistades pueden presumir.En algunos pueblos escoceses, se prende fuego a un barril y es tradición hacerlo rodar por las calles envuelto en llamas, para saludar al año que entra.

Los Belgas lo celebran bañándose en agua helada.
Los japoneses, por su parte, no tienen suficiente con las tradicionales doce campanadas, sino que ellos hacen sonar 108. Cada una de ellas invoca a un deseo terrenal que hay que mantener alejado. Las viviendas se decoran con hojas de bambú, que simbolizan la honestidad. Y, además, hay que empezar el año riendo, pues trae buena suerte.
Una propuesta que resultaría muy original para los viajeros que deseen este año pasar una Nochevieja diferente, sería celebrarla en Australia. El día 1 de enero lo festejan en la playa, haciendo picnics y torneos de surf, pues para ellos es plena época de verano.
En Brasil, la gente acude a las playas para ver los fuegos artificiales, vistiendo de blanco y saltando siete olas, pues es símbolo de buena suerte. Además, se lanzan flores al agua mientras se piden deseos.
En China, por su parte, la nochevieja no se celebra en diciembre, como en casi la totalidad de países, pues se rigen por su propio calendario. De tal manera que se festeja en febrero y es la más larga del mundo, con una duración de nueve días.
Los holandeses y belgas desafían a las altas temperaturas de diciembre, ya que comienzan el año bañándose en agua helada.


y en Cadalso nos bañamos por dentro...


FELIZ

2012

lunes, 26 de diciembre de 2011

vamos a por el 2.012...



¡A todos, mis mejores deseos


de que

2012


sea un año mucho mejor!

nuestro amigo el burro...

algunos de nuestros pocos y inseparables borricos


aun caminan con sus dueños por Cadalso ...


hasta cuando es otra cosa...??



Salu , regresando del campo con su pareja de amigos...

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El burro y sus curiosidades.


El destino ha sido muy injusto con los burros: a comenzar por su nombre poco feliz, utilizado desde siglos atrás para significar ignorancia e ingenuidad, al riesgo de extinción que ubica a la especie entre los otros animales que están al borde de la desaparición.
Pero el asno tiene muchas cualidades que han sido pasadas por alto a la hora de designarlo, como su gran valentía. Son animales que le hacen frente al peligro, y al encontrarse en situaciones amenazadoras se defienden a través de coces y rebuznos. Ni siquiera la proximidad con un león les hace huir.
Tal vez la fama que los burros adquirieron hace mucho tenga que ver con que desde su domesticación, hace 6.000 años en Somalia y Etiopía, se lo utilizó como animal de carga para transportar mercancías, actividad que el asno cumplió siempre sin ningún tipo de quejas ni rebeldía.




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El Burro, ese amigo olvidado....






Tierno y mimoso igual que un niño pero fuerte y seco por dentro como una piedra. Sobre este sufrido animal ha recaído todo el esfuerzo de las generaciones que no conocieron la mecanización.
Tierno y mimoso igual que un niño pero fuerte y seco por dentro como una piedra. Sobre este sufrido animal ha recaído todo el esfuerzo de las generaciones que no conocieron la mecanización. Ahora que la tecnología ha propulsado al hombre a unos niveles de autosuficiencia jamás conocidos, no reparamos en la situación actual de un amigo olvidado: el burro.

Cerca de 6.000 años lleva prestando servicio a la humanidad y se calcula que cerca de 3.000 en la península ibérica. No más de 75.000 ejemplares son los que siguen paciendo en nuestras dehesas y establos. Aún así este número es incierto ya que desde hace poco se está elaborando un censo que tiene por objeto implantar el microchip de control.
Los recientes estudios de un grupo de investigadores (2004) han confirmado que los asnos domésticos europeos, proceden de dos líneas de asnos africanos, el Asno salvaje de Nubia (E. a. africanus) y Asno salvaje de Somalia (E. a. somaliensis) y que su aparición como animal doméstico se ubica en el noreste de África, desde donde acompañó al hombre en sus migraciones.
En los últimos años se ha producido un aumento en los efectivos asnales como respuesta a las diferentes acciones de sensibilización con respecto a las razas en peligro de extinción. No faltan iniciativas que adaptándose a los nuevos tipos de demanda busquen soluciones para la consolidación de nuestras razas autóctonas asnales aunque aún muchas de ellas son discretas y localizadas. Fuera del ámbito esas actuaciones el panorama no se muestra muy alentador.
Recientes estudios de un grupo de investigadores (2004) han confirmado que los asnos domésticos europeos, proceden de dos líneas de asnos africanos, el Asno salvaje de Nubia (E. a. africanus) y Asno salvaje de Somalia.
Si en la primera mitad del presente siglo asnos y mulos, componían la mayor parte de los efectivos equinos de nuestro país, en la segunda mitad del siglo, coincidiendo con la mecanización del agro, la caída del censo se dispara espectacularmente. Pese al empobrecimiento que ha sufrido el censo asnal en estos últimos 40 años la riqueza en cuanto al número de nuestras razas asnales sigue siendo notable. Muy rentable era la labor que desempeñaba al servicio de los ingenieros de caminos. Se cuenta que cuando se quería trazar el mejor de los caminos entre un pueblo y otro se apoyaba en la sapiencia del burro. El asno, con una brocha con cal en la cola, iba dejando la marca del camino que seguí. Casi siempre el más sencillo y provechoso.
Así, el MAPA, en su Catálogo de razas autóctonas de animales domésticos (R.D. 1682/1997) reconoce seis razas diferentes de asnos:
Burro Zamorano-leonés.- Originado a partir del Equus asinus europeus en la zona geográfica delimitada por la Cordillera Cantábrica y los ríos Cea y Orbigo, de donde posteriormente se extendió por las dos Castillas. En la actualidad sólo quedan en la provincia de Zamora y norte de Salamanca. Es un asno bien conformado y de gran corpulencia. Se caracteriza por el color oscuro de su capa(negra mal teñida o sucia), su voluminosa cabeza, abundante pelaje en frente, ojos, contorno de las orejas y la parte inferior del vientre. Su perfil recto y las órbitas de los ojos muy marcadas. Gran desarrollo capilar-lana, lo que da al animal una especial fisionomía.
Burro Andaluz.- Habitante del Sur y Levante español, procede del Equus asinus somalensis, originario de Egipto y que se introdujo en la Península, por el Norte de Africa. Se adaptó sin problemas al clima caluroso andaluz y se crió en dos zonas: Córdoba y la región delimitada por el Guadalquivir y el Guajaroz y las localidades de Genil y Baena. Clave en las explotaciones cerealistas y olivareras. El color de su capa es gris claro, tordo (rucio), con el pelo corto y fino.Cabeza con frente ancha, órbitas salientes y orejas de proporciones normales. Robustos, gran alzada, rodillas amplias y el carácter muy tranquilo. Su temperamento es tranquilo y dispone de gran energía y resistencia. Muy aclimatado al calor y a la escasez de agua.
Burro Catalán.- Tiene su origen en el. Es el más utilizado para obtener mulas o burdéganos. Son animales vitales, fuertes, de gran talla y extremidades robustas. Su tronco es alargado y el pelaje de tonalidad oscura. Alcanza una altura de hasta 1,62 metros. Es una raza de asno (Equus asinus) originaria de la provincia española de Gerona. En la actualidad se encuentra en peligro de extinción, reducido a sólo 400 ejemplares de los que la mayor parte se encuentran en España. El sur de Francia acoge a los demás ejemplares. Esta raza robusta, de pelo negro y gran cabeza, se caracteriza por su gran resistencia. Su desaparición de los medios rurales catalanes se debe a la introducción de maquinaria pesada moderna que lo hacen innecesario para la agricultura y el transporte como lo era antaño.
Asno de las encartaciones.- Una raza española asnal en peligro de extinción. La zona de origen de esta raza comprende la comarca de Las Encartaciones, en Vizcaya (España), y las colindantes, como el noroeste alavés. A principios de 2005 sólo quedaban unos 100 ejemplares. Es la raza española de menor tamaño, pues no supera los 120 cm. Se encuentra en Las Encartaciones zona limítrofe entre la provincia de Vizcaya y la de Santander y el Norte de Álava, terreno muy ondulado, de colinas empinadas y ríos entre prados abundantes. La imagen pastoral y bucólica de una Vizcaya industrializada.
El color de la capa es castaño y negro pudiendo presentar listón oscuro en escápulas y columna vertebral. Hay degradaciones de color alrededor del hocico, zonas alrededor de los ojos, axilas, vientre y bragadas. Poseen orejas menudas y cascos pequeños. Existe un proyecto de creación de una reserva de esta especie en el municipio vizcaíno de Gordexola.
Burro balear.- Son animales muy rústicos, nobles, de temperamento sanguíneo y nervioso y de gran fortaleza física. Su conformación es subhipermétrica, sublongilínea y de perfil fronto-nasal cóncavo. El tipo general se corresponde al de un animal estirado y esbelto. El color de su capa es negro-pasa. La fama de esta raza a principios del siglo pasado fue extraordinaria y la demanda de reproductores muy alta. Como ejemplo se puede señalar la gran exportación de estos animales a Inglaterra y posteriormente a Estados Unidos, donde participaron en la creación de la famosa raza Kentucky, conocida por su fortaleza y tamaño.
Burro majorero.- Proceden del Noroeste de Africa, que se adaptó al suelo volcánico y se encuentra fundamentalmente en la isla de Fuerteventura. Los individuos son de plástica brevilínea con tendencia mediolínea, formato elipométrico y perfil craneal subcóncavo. Su alzada oscila entre 100 y 120 cm. a la cruz, con pesos comprendidos entre 125 y 175 kg. La apariencia es proporcionada y equilibrada, resultando en su conjunto muy armónicos, y aunque puedan parecer frágiles son animales muy rústicos, longevos y sobrios.
Las capas esenciales son la torda, en sus diversas gradaciones, pudiendo ir desde un gris claro hasta oscuro, siendo en todos modos muy dependiente de los factores ambientales incidentes: estado nutritivo, época del año, condiciones de manejo, etc…, y la parda. Perfectamente adaptados a los suelos semidesérticos y volcánicos, se han integrado completamente al ecosistema de las islas. Vivaces, enérgicos y resistentes a las privaciones, han reportado, desde siempre, útiles servicios a la población isleña. El censo de la Raza Asnal Majorera, en otro tiempo importante, ha sufrido una fuerte regresión por las mismas causas que han afectado a los équidos de trabajo en general y a los asnos en particular: la mecanización del trabajo agrícola.....


Escrito por Redaccion La Almenara - A21


viernes, 23 de diciembre de 2011

Feliz Navidad a todos....

con estos dos primeros premios del concurso de Cadalso os felicito las Navidades ...
























1º PREMIO: REBECA MORENO























2º PREMIO: JOAQUÍN REDONDO














A TODOS LOS SEGUIDORES Y AMIGOS...






Deseo para ti y los tuyos, que en esta navidad compartas momentos inolvidables y que el año nuevo, sea el escenario propicio para el cumplimiento de tus sueños ....



Es bueno tener objetivos y deseos por cumplir, y es bueno fijárnoslos puesto que ya desde el principio de esta carrera por lograrlos sabemos a que le estamos apostando.






El mejor de los deseos de que este inicio sea el comienzo de nuevas esperanzas, de nuevos propósitos, de nuevas metas y que no se queden solo en buenos deseos, sino que estemos día a día empeñados en lograr los objetivos que ahora nos estamos proponiendo conseguir. Que la euforia del comienzo no se nos acabe en todo el trayecto 2012.




FELIZ NAVIDAD 2.011 A TODOS....

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Ültimas noticias....un " cadalseño " Felipe Cartas va a cumplir un sueño....

Un nuevo reto para un deportista nato...

nuestro Piñota de oro , Campeón y buen amigo cadalseño Felipe Cartas se enfrenta a un nuevo reto en la prueba mas difícil y bonita de los deportes en nieve.. algo que imagino será todo un gran esfuerzo para El y su compañero, pero nuestro deportista esta con la moral por encima de los retos ... y aún siendo casi abuelo (y digo casi) pues lo será durante la travesía... volverá triunfante como siempre y podrá ofrecer su trofeo al niet@ que ya puede estar orgulloso de este fenómeno de abuelo.....

Pirena 2012

Es un privilegio contar con su respeto y apoyo”. Por todo ello, el madrileño afronta Pirena como “la materialización de un sueño: naturaleza, deporte, perros, aventura, adrenalina, convivencia, solidaridad, normalización,…, VIVIR durante unos días en MAYÚSCULAS (nada de minús…culas). El resto, lo echaremos en la carrera”.

Pirena, solidaria y comprometida

La ruta blanca de los Pirineos afronta su 22ª edición ahondando en los valores que la definen. Entre ellos, el espíritu de superación que caracteriza a todos los participantes. Y muy especialmente a uno de los equipos, el que forman el musher cántabro Jorge Aurelio Ruiz, uno de los pioneros de este deporte en España, y su acompañante, un musher con discapacidad. Si los dos últimos años Ruiz hizo equipo con Agustín González, en esta edición compartirá trineo con el madrileño Felipe Cartas, que se estrena en la travesía.

Un nuevo reto para un deportista nato

Felipe Cartas vive en Cadalso de los Vidrios (Madrid). Nacido el 1960 en Aranjuez, trabaja desde 1985 en la Comunidad de Madrid, está casado y tiene una hija. Cartas tiene diversidad funcional como consecuencia de las secuelas que
le dejó de bebé la poliomielitis. Con un grado de discapacidad del 79%,
se desplaza en silla de ruedas y, en ocasiones, con dos muletas y un
bitutor. Felipe explica que “siempre he creído que el deporte y la formación eran la mejor solución para lograr una cierta normalización social. He practicado
numerosos deportes, pero los que más satisfacciones me
han aportado han sido los relacionados con la montaña. He recorrido
buena parte de los senderos montañosos de España (Pirineos, Picos de
Europa, Guadarrama, Gredos,…, acompañado de mi mujer, también discapacitada -56%-, mi hija y mis perros) y, en la actualidad, físicamente más limitado, practico esquí adaptado, handbike o cualquier otro deporte que esté al alcance de mis posibilidades (piragüismo, patinaje sobre hielo, natación,…)”.
Cartas ya tiene una amplia experiencia en el mundo de la competición, sobretodo en esquí adaptado y piragüismo, donde ha obtenido numerosos reconocimientos. Ha participado en distintas carreras populares con la handbike. Desde 2004 participa y compite (junto a su mujer) en el descenso del río Sella para discapacitados, que se realiza anualmente el fin de semana anterior al descenso internacional, así como en el descenso del río Deva (Cantabria). Cartas cuenta que está “muy familiarizado con el ambiente deportivo, los perros y el hábitat montañoso. Vivo en la Sierra de Gredos y convivo desde hace 30 años con perros. Con ellos he pasado y paso muchas horas en la calle. Creo que nos entendemos y siempre me han aceptado como líder y amigo, ya que los he tenido que llevar sueltos en muchas ocasiones (por las muletas). Es un privilegio contar con su respeto y apoyo”. Por todo ello, el madrileño afronta Pirena como “la materialización de un sueño: naturaleza, deporte, perros, aventura, adrenalina, convivencia, solidaridad, normalización,…, VIVIR durante unos días en MAYÚSCULAS (nada de minús…culas). El resto, lo echaremos en la carrera”.

Pirena, la excusa solidaria...

Los valores de Pirena también los recogen sus participantes. Muestra de ello es la iniciativa de la musher Montse Claverol, que este año vivirá su primera Pirena en competición. A parte de finalizar la carrera en el mejor puesto posible, Montse se ha marcado un reto especialmente importante. Lo cuenta ella misma: “Este invierno me he propuesto un gran reto: participar y terminar Pirena 2012. Es mi forma de celebrar mis 40 años. En lugar de correr una maratón yo sola, prefiero atravesar los Pirineos en compañía de mis perros, mis mejores amigos.
Este sueño empezó hace unos doce años con los Campeonatos del Mundo de Mushing Infantil, donde trabajé, y donde fue gracias a los niños que me enamoré de una forma de vida como es el mushing, no solo en lo que al deporte se refiere, sino por lo que supone compartir el día a día con mis maravillosos compañeros de aventura, mis perros, mis amigos, trabajando en equipo en plena naturaleza. Es por todo esto que quiero compartir este reto y esta aventura con ellos, con los niños, sin los que no habría encontrado mi camino ni mi sitio, donde ahora soy tan feliz. Me gustaría devolverles el favor que me hicieron”.
Para ello ha establecido una colaboración con la Fundación Cuentos para el Mundo, y su proyecto Un niño, un cuento. Hacen una labor cultural muy importante para los niños de Mozambique, que apenas tienen recursos. Se ha marcado como reto recoger 2.012 euros a través de donaciones que se pueden realizar en la página http://www.migranodearena.org/montseclaverol1. Montse pide la ayuda de todos para hacer un regalo a estos niños, “¿y qué mejor forma de llevarles las donaciones que hacerlo mediante el deporte favorito de Papá Noel? Cada donación que hagáis la iré metiendo en el saco de mi trineo y espero que cuando llegue al final de Pirena 2012 en La Molina, mi saco esté llenísimo. ¡Muchas gracias!”.

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http://www.pirena.com/cast/index.asp#


Ver noticias en la Red:

http://www.aragonsport.com/noticia.asp?ID=8816&TemaGrupo=3

y recordando a Felipe en el blog…:

http://cadalsovive.blogspot.com/2010/04/felipe-cartas-se-trae-plata-para.html



va por ti Campeón....

disfruta y cumple tu sueño....

llevanos en tu mente durante la gozada
...

desde el blog te deseamos lo mejor... un abrazo....

martes, 20 de diciembre de 2011

curiosidades de la red.. cosas de Cadalso...




en mi curiosidad por buscar temas de Cadalso en Internet.. me encuentro con esta noticia publicada en Toledo...




localizada una mesa que perteneció



al Palacio de Cadalso...


noticia: Fuente:http://webs.ono.com/andana4/caene06.htm



Cañonazo de enero de 2006
En este apartado se pueden ver fotos de Relojes de Sol que me han gustado por algún motivo determinado, comentarios a otros sitios de Internet, anuncios de eventos, etcétera. Mi intención es dedicarlo a algo distinto cada mes, no importa el lugar donde esté. Hay muchos Relojes y noticias muy interesantes y me gustará enseñarlos.



Un cigarral es una casa de recreo y con huertos, a las afueras de Toledo, con una extensión de una hectárea o más, y con vistas a la ciudad.En 1618, el canónigo de la Catedrald de Toledo, D. Jerónimo de Miranda, edificó el Convento de San Julián y lo donó a la orden de los Clérigos Menores. En el año 1922 el Doctor D. Gregorio Marañón y Posadillo lo adquirió y remodeló en cigarral. Allí vivió sus mejores y mas fecundas horas.El Dr. Marañón (1887 - 1960) fue médico, humanista, hombre de ciencia, escritor y una de las grandes figuras de la intelectualidad española en la primera mitad del siglo XX.



El Conde de Romanones le obsequió una mesa proveniente de Cadalso de los Vidrios (Madrid) y que perteneció al Condestable de Castilla D. Alvaro de Luna (1388 - 1453).




En dicha mesa posó con su hijo y su nieto en esta instantánea del fotógrafo Gyenes.
En dicha mesa, con tablero de granito de 1680 mm de diámetro, se encuentra ubicado un cuadrante solar horizontal.



El reloj de Sol está grabado en una pieza de mármol 452 mm de largo por 372 de ancho y con un grosor de 25 mm. Solo tiene líneas de las horas completas con numeración romana desde las IIII de la mañana a las VIII de la tarde.El gnomon es de latón y está fijado al reloj con remaches.

Es muy curioso observar que en el claustro superior de la Catedral de Toledo, existe otro cuadrante solar de características semejantes al del Cigarral de Marañón.El parecido es asombroso pues el material es el mismo, las dimensiones son casi iguales, el trazado idéntico y el gnomon completamente similar, como se puede apreciar en las fotos.¿Fueron hechos por la misma mano o por el contrario uno es copia posterior del otro?
Nuestro agradecimiento a D. Gregorio Marañón y Bertrán de Lis (nieto del Dr. Marañón) y su amable esposa, que nos recibieron a Jacinto del Buey y a mi en su casa y nos facilitaron el acceso al cuadrante, así como nos autorizaron a estudiarlo y a reproducir la fotografía de Gyenes.



en este mismo Cigarral se supone que se encuentre otra mesa de granito que según mis informaciones se la conocía por " la Mesa de los Pobres ", nombre que recibía por utilizarse una vez al año para dar de comer en Palacio a las familias mas necesitadas... y que según tengo entendido comerían en la mesa mas de cuarenta personas.. así pues imaginaros las dimensiones....????

lunes, 19 de diciembre de 2011

hablando de libros con ejemplos.....







"EL HOMBRE QUE SEMBRABA ÁRBOLES"
JEAN GIONO



Este pequeño libro me lo recomendó un amigo , lo bajé de internet y acabé comprándomelo porque es como una pequeña joya.


Si tenéis que hacer un regalo sencillo pero con el corazón en la mano, no lo dudéis ,



compradlo




"Si uno quiere descubrir cualidades realmente excepcionales en el carácter de un ser humano, debe tener el tiempo o la oportunidad de observar su comportamiento durante varios años. Si este comportamiento no es egoísta, si está presidido por una generosidad sin límites, si es tan obvio que no hay afán de recompensa, y además ha dejado una huella visible en la tierra, entonces no cabe equivocación posible.
Hace cuarenta años hice un largo viaje a pie a través de montañas completamente desconocidas por los turistas, atravesando la antigua región donde los Alpes franceses penetran en la Provenza. Cuando empecé mi viaje por aquel lugar todo era estéril y sin color, y la única cosa que crecía era la planta conocida como lavanda silvestre.
Cuando me aproximaba al punto más elevado de mi viaje, y tras caminar durante tres días, me encontré en medio de una desolación absoluta y acampé cerca de los vestigios de un pueblo abandonado.



Me había quedado sin agua el día anterior, y por lo tanto necesitaba encontrar algo de ella. Aquel grupo de casas, aunque arruinadas como un viejo nido de avispas, sugerían que una vez hubo allí un pozo o una fuente. La había, desde luego, pero estaba seca. Las cinco o seis casas sin tejados, comidas por el viento y la lluvia, la pequeña capilla con su campanario desmoronándose, estaban allí, aparentemente como en un pueblo con vida, pero ésta había desaparecido.



Era un día de junio precioso, brillante y soleado, pero sobre aquella tierra desguarnecida el viento soplaba, alto en el cielo, con una ferocidad insoportable. Gruñía sobre los cadáveres de las casas como un león interrumpido en su comida... Tenía que cambiar mi campamento.



Tras cinco horas de andar, todavía no había hallado agua y no existía señal alguna que me diera esperanzas de encontrarla. En todo el derredor reinaban la misma sequedad, las mismas hierbas toscas. Me pareció vislumbrar en la distancia una pequeña silueta negra vertical, que parecía el tronco de un árbol solitario. De todas formas me dirigí hacia él. Era un pastor. Treinta ovejas estaban sentadas cerca de él sobre la ardiente tierra.



Me dio un sorbo de su calabaza-cantimplora, y poco después me llevó a su cabaña en un pliegue del llano. Conseguía el agua -agua excelente- de un pozo natural y profundo encima del cual había construido un primitivo torno.



El hombre hablaba poco, como es costumbre de aquellos que viven solos, pero sentí que estaba seguro de sí mismo, y confiado en su seguridad.
Para mí esto era sorprendente en ese país estéril. No vivía en una cabaña, sino en una casita hecha de piedra, evidenciadora del trabajo que él le había dedicado para rehacer la ruina que debió encontrar cuando llegó. El tejado era fuerte y sólido. Y el viento, al soplar sobre él, recordaba el sonido de las olas del mar rompiendo en la playa.
La casa estaba ordenada, los platos lavados, el suelo barrido, su rifle engrasado, su sopa hirviendo en el fuego. Noté que estaba bien afeitado, que todos sus botones estaban bien cosidos y que su ropa había sido remendada con el meticuloso esmero que oculta los remiendos. Compartimos la sopa, y después, cuando le ofrecí mi petaca de tabaco, me dijo que no fumaba. Su perro, tan silencioso como él, era amigable sin ser servil.
Desde el principio se daba por supuesto que yo pasaría la noche allí. El pueblo más cercano estaba a un día y medio de distancia. Además, ya conocía perfectamente el tipo de pueblo de aquella región...
Había cuatro o cinco más de ellos bien esparcidos por las faldas de las montañas, entre agrupaciones de robles albares, al final de carreteras polvorientas. Estaban habitadas por carboneros, cuya convivencia no era muy buena. Las familias, que vivían juntas y apretujadas en un clima excesivamente severo, tanto en invierno como en verano, no encontraban solución al incesante conflicto de personalidades. La ambición territorial llegaba a unas proporciones desmesuradas, en el deseo continuo de escapar del ambiente. Los hombres vendían sus carretillas de carbón en el pueblo más importante de la zona y regresaban. Las personalidades más recias se limaban entre la rutina cotidiana. Las mujeres, por su parte, alimentaban sus rencores. Existía rivalidad en todo, desde el precio del carbón al banco de la iglesia. Y encima de todo estaba el viento, también incesante, que crispaba los nervios. Había epidemias de suicidio y casos frecuentes de locura, a menudo homicida.



Había transcurrido una parte de la velada cuando el pastor fue a buscar un saquito del que vertió una montañita de bellotas sobre la mesa. Empezó a mirarlas una por una, con gran concentración, separando las buenas de las malas.
Yo fumaba en mi pipa. Me ofrecí para ayudarle. Pero me dijo que era su trabajo. Y de hecho, viendo el cuidado que le dedicaba, no insistí. Esa fue toda nuestra conversación. Cuando ya hubo separado una cantidad suficiente de bellotas buenas, las separó de diez en diez, mientras iba quitando las más pequeñas o las que tenían grietas, pues ahora las examinaba más detenidamente. Cuando hubo seleccionado cien bellotas perfectas, descansó y se fue a dormir.



Se sentía una gran paz estando con ese hombre, y al día siguiente le pregunté si podía quedarme allí otro día más. Él lo encontró natural, o para ser más preciso, me dio la impresión de que no había nada que pudiera alterarle. Yo no quería quedarme para descansar, sino porque me interesó ese hombre y quería conocerle mejor. Él abrió el redil y llevó su rebaño a pastar. Antes de partir, sumergió su saco de bellotas en un cubo de agua.
Me di cuenta de que en lugar de cayado, se llevó una varilla de hierro tan gruesa como mi pulgar y de metro y medio de largo. Andando relajadamente, seguí un camino paralelo al suyo sin que me viera. Su rebaño se quedó en un valle. Él lo dejó a cargo del perro, y vino hacia donde yo me encontraba. Tuve miedo de que quisiera censurarme por mi indiscreción, pero no se trataba de eso en absoluto: iba en esa dirección y me invitó a ir con él si no tenía nada mejor que hacer. Subimos a la cresta de la montaña, a unos cien metros.

Allí empezó a clavar su varilla de hierro en la tierra, haciendo un agujero en el que introducía una bellota para cubrir después el agujero. Estaba plantando un roble. Le pregunté si esa tierra le pertenecía, pero me dijo que no. ¿Sabía de quién era?. No tampoco. Suponía que era propiedad de la comunidad, o tal vez pertenecía a gente desconocida. No le importaba en absoluto saber de quién era. Plantó las bellotas con el máximo esmero. Después de la comida del mediodía reemprendió su siembra. Deduzco que fui bastante insistente en mis preguntas, pues accedió a responderme. Había estado plantado cien árboles al día durante tres años en aquel desierto. Había plantado unos cien mil. De aquellos, sólo veinte mil habían brotado. De éstos esperaba perder la mitad por culpa de los roedores o por los designios imprevisibles de la Providencia. Al final quedarían diez mil robles para crecer donde antes no había crecido nada.
Entonces fue cuando empecé a calcular la edad que podría tener ese hombre. Era evidentemente mayor de cincuenta años. Cincuenta y cinco me dijo. Su nombre era Elzeard Bouffier. Había tenido en otro tiempo una granja en el llano, donde tenía organizada su vida. Perdió su único hijo, y luego a su mujer. Se había retirado en soledad, y su ilusión era vivir tranquilamente con sus ovejas y su perro. Opinaba que la tierra estaba muriendo por falta de árboles. Y añadió que como no tenía ninguna obligación importante, había decidido remediar esta situación.
Como en esa época, a pesar de mi juventud, yo llevaba una vida solitaria, sabía entender también a los espíritus solitarios. Pero precisamente mi juventud me empujaba a considerar el futuro en relación a mí mismo y a cierta búsqueda de la felicidad. Le dije que en treinta años sus robles serían magníficos. Él me respondió sencillamente que, si Dios le conservaba la vida, en treinta años plantaría tantos más, y que los diez mil de ahora no serían más que una gotita de agua en el mar.
Además, ahora estaba estudiando la reproducción de las hayas y tenía un semillero con hayucos creciendo cerca de su casita. Las plantitas, que protegía de las ovejas con una valla, eran preciosas. También estaba considerando plantar abedules en los valles donde había algo de humedad cerca de la superficie de la tierra.
Al día siguiente nos separamos.
Un año más tarde empezó la Primera Guerra Mundial, en la que yo estuve enrolado durante los siguientes cinco años. Un "soldado de infantería" apenas tenía tiempo de pensar en árboles, y a decir verdad, la cosa en sí hizo poca impresión en mí. La había considerado como una afición, algo parecido a una colección de sellos, y la olvidé.
Al terminar la guerra sólo tenía dos cosas: una pequeña indemnización por la desmovilización, y un gran deseo de respirar aire freco durante un tiempo. Y me parece que únicamente con este motivo tomé de nuevo la carretera hacia la "tierra estéril".
"Diez mil robles -pensaba- ocupan realmente bastante espacio". Como había visto morir a tantos hombres durante aquellos cinco años, no esperaba hallar a Elzeard Bouffier con vida, especialmente porque a los veinte años uno considera a los hombres de más de cincuenta como personas viejas preparándose para morir... Pero no estaba muerto, sino más bien todo lo contrario: se le veía extremadamente ágil y despejado: había cambiado sus ocupaciones y ahora tenía solamente cuatro ovejas, pero en cambio cien colmenas. Se deshizo de las ovejas porque amenazaban los árboles jóvenes. Me dijo -y vi por mí mismo- que la guerra no le había molestado en absoluto. Había continuado plantando árboles imperturbablemente. Los robles de 1.910 tenían entonces diez años y eran más altos que cualquiera de nosotros dos. Ofrecían un espectáculo impresionante. Me quedé con la boca abierta, y como él tampoco hablaba, pasamos el día en entero silencio por su bosque. Las tres secciones medían once kilómetros de largoEl paisaje no había cambiado. Sin embargo, más allá del pueblo abandonado, vislumbré en la distancia un cierto tipo de niebla gris que cubría las cumbres de las montañas como una alfombra. El día anterior había empezado de pronto a recordar al pastor que plantaba árboles. y tres de ancho. Al recordar que todo esto había brotado de las manos y del alma de un hombre solo, sin recursos técnicos, uno se daba cuenta de que los humanos pueden ser también efectivos en términos opuestos a los de la destrucción...
Había perseverado en su plan, y hayas más altas que mis hombros, extendidas hasta el límite de la vista, lo confirmaban. me enseñó bellos parajes con abedules sembrados hacía cinco años (es decir, en 1.915), cuando yo estaba luchando en Verdún. Los había plantado en todos los valles en los que había intuido -acertadamente- que existía humedad casi en la superficie de la tierra. Eran delicados como chicas jóvenes, y estaban además muy bien establecidos.
Parecía también que la naturaleza había efectuado por su cuenta una serie de cambios y reacciones, aunque él no las buscaba, pues tan sólo proseguía con determinación y simplicidad en su trabajo. Cuando volvimos al pueblo, vi agua corriendo en los riachuelos que habían permanecido secos en la memoria de todos los hombres de aquella zona. Este fue el resultado más impresionante de toda la serie de reacciones: los arroyos secos hacía mucho tiempo corrían ahora con un caudal de agua fresca. Algunos de los pueblos lúgubres que menciono anteriormente se edificaron en sitios donde los romanos habían construido sus poblados, cuyos trazos aún permanecían. Y arqueólogos que habían explorado la zona habían encontrado anzuelos donde en el siglo XX se necesitaban cisternas para asegurar un mínimo abastecimiento de agua.
El viento también ayudó a esparcir semillas. Y al mismo tiempo que apareció el agua, también lo hicieron sauces, juncos, prados, jardines, flores y una cierta razón de existir. Pero la transformación se había desarrollado tan gradualmente que pudo ser asumida sin causar asombro. Cazadores adentrándose en la espesura en busca de liebres o jabalíes, notaron evidentemente el crecimiento repentino de pequeños árboles, pero lo atribuían a un capricho de la naturaleza. Por eso nadie se entrometió con el trabajo de Elzeard Bouffier. Si él hubiera sido detectado, habría tenido oposición. Pero era indetectable. Ningún habitante de los pueblos, ni nadie de la administración de la provincia, habría imaginado una generosidad tan magnífica y perseverante.
Para tener una idea más precisa de este excepcional carácter no hay que olvidar que Elzeald trabajó en una soledad total, tan total que hacía el final de su vida perdió el hábito de hablar, quizá porque no vio la necesidad de éste.
En 1.933 recibió la visita de un guardabosques que le notificó una orden prohibiendo encender fuego, por miedo a poner en peligro el crecimiento de este bosque natural. Esta era la primera vez -le dijo el hombre- que había visto crecer un bosque espontáneamente. En ese momento, Bouffier pensaba plantar hayas en un lugar a 12 km. de su casa, y para evitar las idas y venidas (pues contaba entonces 75 años de edad), planeó construir una cabaña de piedra en la plantación. Y así lo hizo al año siguiente.
En 1.935 una delegación del gobierno se desplazó para examinar el "bosque natural". La componían un alto cargo del Servicio de Bosques, un diputado y varios técnicos. Se estableció un largo diálogo completamente inútil, decidiéndose finalmente que algo se debía hacer... y afortunadamente no se hizo nada, salvo una única cosa que resultó útil: todo el bosque se puso bajo la protección estatal, y la obtención del carbón a partir de los árboles quedó prohibida. De hecho era imposible no dejarse cautivar por la belleza de aquellos jóvenes árboles llenos de energía, que a buen seguro hechizaron al diputado.
Un amigo mío se encontraba entre los guardabosques de esa delegación y le expliqué el misterio. Un día de la semana siguiente fuimos a ver a Elzeard Bouffier. Lo encontramos trabajando duro, a unos diez kilómetros de donde había tenido lugar la inspección.
El guardabosques sabía valorar las cosas, pues sabía cómo mantenerse en silencio. Yo le entregué a Elzeard los huevos que traía de regalo. Compartimos la comida entre los tres y después pasamos varias horas en contemplación silenciosa del paisaje...
En la misma dirección en la que habíamos venido, las laderas estaban cubiertas de árboles de seis a siete metros de altura. Al verlos recordaba aún el aspecto de la tierra en 1.913, un desierto... y ahora, una labor regular y tranquila, el aire de la montaña fresco y vigoroso, equilibrio y, sobre todo, la serenidad de espíritu, habían otorgado a este hombre anciano una salud maravillosa. Me pregunté cuántas hectáreas más de tierra iba a cubrir con árboles.
Antes de marcharse, mi amigo hizo una sugerencia breve sobre ciertas especies de árboles para los que el suelo de la zona estaba especialmente preparado. No fue muy insistente; "por la buena razón -me dijo más tarde- de que Bouffier sabe de ello más que yo". Pero, tras andar un rato y darle vueltas en su mente, añadió: "¡y sabe mucho más que cualquier persona, pues ha descubierto una forma maravillosa de ser feliz!".
Fue gracias a ese hombre que no sólo la zona, sino también la felicidad de Bouffier fue protegida. Delegó tres guardabosques para el trabajo de proteger la foresta, y les conminó a resistir y rehusar las botellas de vino, el soborno de los carboneros.
El único peligro serio ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial. Como los coches funcionaban con gasógeno, mediante generadores que quemaban madera, nunca había leña suficiente. La tala de robles empezó en 1.940, pero la zona estaba tan lejos de cualquier estación de tren que no hubo peligro. El pastor no se enteraba de nada. Estaba a treinta kilómetros, plantando tranquilamente, ajeno a la guerra de 1.939 como había ignorado la de 1.914.
Vi a Elzeard Bouffier por última vez en junio de 1.945. Tenía entonces ochenta y siete años. Volví a recorrer el camino de la "tierra estéril"; pero ahora en lugar del desorden que la guerra había causado en el país, un autobús regular unía el valle del Durance y la montaña. No reconocí la zona, y lo atribuí a la relativa rapidez del autobús... Hasta que vi el nombre del pueblo no me convencí de que me hallaba realmente en aquella región, donde antes sólo había ruinas y soledad.
El autobús me dejó en Vergons. En 1.913 este pueblecito de diez o doce casas tenía tres habitantes, criaturas algo atrasadas que casi se odiaban una a otra, subsistiendo de atrapar animales con trampas, próximas a las condiciones del hombre primitivo. Todos los alrededores estaban llenos de ortigas que serpenteaban por los restos de las casas abandonadas. Su condición era desesperanzadora, y una situación así raramente predispone a la virtud.
Todo había cambiado, incluso el aire. En vez de los vientos secos y ásperos que solían soplar, ahora corría una brisa suave y perfumada. Un sonido como de agua venía de la montaña. Era el viento en el bosque; pero más asombro era escuchar el auténtico sonido del agua moviéndose en los arroyos y remansos. Vi que se había construido una fuente que manaba con alegre murmullo, y lo que me sorprendió más fue que alguien había plantado un tilo a su lado, un tilo que debería tener cuatro años, ya en plena floración, como símbolo irrebatible de renacimiento.
Además, Vergons era el resultado de ese tipo de trabajo que necesita esperanza, la esperanza que había vuelto. Las ruinas y las murallas ya no estaban, y cinco casas habían sido restauradas. Ahora había veinticinco habitantes. Cuatro de ellos eran jóvenes parejas. Las nuevas casas, recién encaladas, estaban rodeadas por jardines donde crecían vegetales y flores en una ordenada confusión. Repollos y rosas, puerros y margaritas, apios y anémonas hacían al pueblo ideal para vivir.
Desde ese sitio seguí a pie. La guerra, al terminar, no había permitido el florecimiento completo de la vida, pero el espíritu de Elzeard permanecía allí. En las laderas bajas vi pequeños campos de cebada y de arroz; y en el fondo del valle verdeaban los prados.
Sólo fueron necesarios ocho años desde entonces para que todo el paisaje brillara con salud y prosperidad. Donde antes había ruinas, ahora se encontraban granjas; los viejos riachuelos, alimentados por las lluvias y las nieves que el bosque atrae, fluían de nuevo. Sus aguas alimentaban fuentes y desembocan sobre alfombras de menta fresca. Poco a poco, los pueblecitos se habían revitalizado. Gentes de otros lugares donde la tierra era más cara se habían instalado allí, aportando su juventud y su movilidad. Por las calles uno se topaba con hombres y mujeres vivos, chicos y chicas que empezaban a reír y que habían recuperado el gusto por las excursiones. Si contábamos la población anterior, irreconocible ahora que gozaba de cierta comodidad, más de diez mil personas debían en parte su felicidad a Elzeard Bouffier.
Por eso, cuando reflexiono en aquel hombre armado únicamente por sus fuerzas físicas y morales, capaz de hacer surgir del desierto esa tierra de Canaan, me convenzo de que a pesar de todo la humanidad es admirable. Cuando reconstruyo la arrebatadora grandeza de espíritu y la tenacidad y benevolencia necesaria para dar lugar a aquel fruto, me invade un respeto sin límites por aquel hombre anciano y supuestamente analfabeto, un ser que completó una tarea digna de Dios.
(Elzeard Bouffier murió pacíficamente en 1.947 en el hospicio de Banon)."


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sábado, 17 de diciembre de 2011

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viernes, 16 de diciembre de 2011

hablando de los Reyes hoy hace un año...


como vamos a hablar de "Papanoes"
y no de los "Reyes Magos"....




LOS REYES MAGOS....

Los Reyes Magos también conocidos como los Magos de Oriente son personajes provinientes de la cultura popular italiana, cuya función principal es vigilar el comportamiento de los niños y traerles regalos. Tienen su origen en la
Biblia, concretamente en el Evangelio de Mateo, que es la única fuente que menciona a unos magos judíos, posiblemente provinientes de Egipto, que visitan a Jesús tras su nacimiento.
Es poco lo que el Evangelio de Mateo menciona sobre ellos. Particularmente no menciona un número específico de ellos. Sin embargo es común mencionar a tres: Melchor, Gaspar y Baltasar, y considerarlos originarios de Asia, Europa, y de África respectivamente.
"Nacido, pues,
Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?"
Mateo 2,1-2
"Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre
María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra"
Mateo 2:11, versión Reina-Valera 1960
Si bien parece contradictorio que practicantes de la
magia (severamente amonestada tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento) sean admitidos como adoradores del Mesías, hay que tener en cuenta que el término griego μάγος (mago), no era utilizado únicamente para referirse a los hechiceros. Se utiliza, en este caso, para referirse a hombres sabios (así se los llama en diversas versiones de la Biblia en inglés) o, más específicamente, hombres de ciencia. De hecho, también poseían conocimiento de las Escrituras (Mateo 2:5-6). Es usualmente aceptado que estos magos pertenecían a la religión zoroastrista.
San Mateo nos deja ver que eran astrólogos que conocían con precisión el movimiento de la estrella (2:7). Aunque bien intencionados, su visita es causa de turbación general y despierta la desconfianza de Herodes (2:3), pues veía al nuevo Mesías como un rival. A pesar de ser anciano y de haber reinado ya por más de treinta años, Herodes les ruega que averigüen el sitio preciso del nacimiento del Mesías (2:8) con el fin de poder, así, acabar con su potencial competidor. Los sabios, que no sospechan eso, encuentran al Niño, lo adoran y obsequian oro, incienso y mirra (2:11). Un ángel previene a los Reyes de las intenciones que Herodes guardaba (2:12), así que no regresan donde él. Iracundo, el rey manda a matar a los niños menores de dos años. Para entonces, José ha sido avisado en sueños (2:13) de que debe huir a Egipto con los suyos.
A partir de ese relato, se han ido elaborando numerosas leyendas sobre los hechos y la personalidad de estas tres figuras.

LEYENDAS
La tradición más difundida cuenta que vinieron de Oriente, en número de tres, y que iban guiándose por una estrella (celebérrimamente conocida como La estrella de Belén) que les condujo hasta Belén. Allí buscaron al Niño Jesús recién nacido y le adoraron, ofreciéndole oro (representando su naturaleza real, como presente conferido a los reyes), incienso (que representa su naturaleza divina, empleado en el culto en los altares de Dios) y mirra (un compuesto embalsamador para los muertos, representando el sufrimiento y muerte futura de Jesús). Antes de llegar, encontraron al gobernador Herodes el Grande en la ciudad de Jerusalén, quien astutamente les conminó a que, de regreso, hablaran con él para darle noticia del sitio exacto donde se encontraba dicho niño; y, así, poder ir él también a adorarle. (En realidad, lo que quería era darle muerte, por eso ordenó la matanza de los inocentes).
La historia sigue contando cómo un ángel se apareció a los tres reyes magos y les advirtió del peligro que corría Jesús si ellos obedecían el deseo de Herodes. Así pues, no volvieron por el mismo sitio. Parece ser que, sólo por el hecho de que el relato evangélico indicara que trajeron tres dones (oro, incienso y mirra), se dio por sentado que eran tres los personajes que los traían. Aunque también en algún momento las distintas tradiciones han señalado que eran dos, cuatro, siete y hasta doce.
La primera vez que surge el nombre con que hoy conocemos a los Reyes Magos es en la iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena (Italia). El friso de la imagen está decorado con mosaicos de mediados del siglo VI que representan la procesión de las Vírgenes. Esta procesión está conducida por tres personajes vestidos a la moda persa, tocados con un gorro frigio y su actitud es la de ir a ofrecer lo que llevan en las manos a la Virgen que está sentada en un trono y tiene al Niño en su rodilla izquierda. Encima de sus cabezas se pueden leer tres nombres, de derecha a izquierda: Gaspar, Melchior, Balthassar...

Poco a poco la tradición ha ido añadiendo otros detalles a modo de simbología: se les ha hecho representantes de las tres razas conocidas en la antigüedad, representantes de las tres edades del hombre y representantes de los tres continentes (Asia, África y Europa).

La llegada de los Reyes Magos es un tema tratado también en los
Evangelios apócrifos. Según la tradición esotérica aplicada al cristianismo, estos personajes procedían del lugar donde se encontraba el Preste Juan.

Otra leyenda cuenta que, después de la resurrección de Jesús, el apóstol Tomás los halló en Saba. Allí fueron bautizados y consagrados obispos. Después fueron martirizados en el año 70 y depositados en el mismo sarcófago. Los restos fueron llevados a
Constantinopla por Santa Elena. Posteriormente, Federico I Barbarroja, en el siglo XII, los trasladó a Colonia, donde hoy reposan con las coronas que supuestamente llevaron durante su existencia. Miles de peregrinos empezaron a llegar a Colonia, lo que propició que en 1248 se iniciara la construcción de la catedral de Colonia, que llevaría más de 600 años terminarla. Hoy día es uno de los monumentos góticos más impresionantes de Europa. Colonia se ha convertido junto con Roma y Santiago de Compostela en uno de los grandes centros de peregrinación.

Tenemos la Navidad a la vuelta de la esquina y otra vez surge la duda... tu que prefieres? ¿Papa Noel o los Reyes Magos?


Yo lo tengo claro, prefiero

los Reyes Magos de Oriente

porque siempre me han tratado bien...