La Mimosa o Acacia mimosa, aromo o acacia australiana Florece de enero a marzo... normalmente cada año, pero cada vez se esta adelantando mas hasta el punto que hoy por la mañana,en pleno mes de setiembre
Cuidados de las mimosas...
Las mimosas son una opción perfecta para decorar tu jardín ya que sus brotes
hacen que sea una planta muy bonita y con mucho colorido. Son arbustos de clima
mediterráneo que pueden cultivarse tanto en maceta como en el suelo y tanto en
el jardín como en una terraza o en el interior del hogar. Si el clima no es
mediterráneo también se pueden cultivar pero tendrás que poner mucha más
atención a todos sus cuidados para vigilar que se desarrolle bien y no tenga
ninguna carencia.
Hay especies que lucen mucho más bonitas en
verano que otras, como por ejemplo las de 4 Estaciones, las Adelfas o las
Abutilones. Estos arbustos, al igual que cualquier otro que sea de clima
mediterráneo, debe podarse durante el mes de agosto para así favorecer la
aparición de nuevos brotes antes de que llegue el invierno. Sus cuidados durante
el verano son mucho más importantes que durante el resto del año ya que es
cuando hace más calor y además se acerca la época de que comiencen a salir los
nuevos brotes.
Árboles amarillos en nuestro jardín...
La mimosa es un árbol muy decorativo, que alegrará nuestro jardín como ningún
otro, especialmente en la época de su espectacular floración.
El árbol de la mimosa crece muy rápidamente y
puede llegar a alcanzar los 12
metros de altura. Por su capacidad de crecimiento se
utiliza para consolidar suelos de composición arenosa, los cuáles le gustan
bastante.
La mimosa común es perenne. Soporta bien el frío
moderado, incluso las heladas suaves, aunque las temperaturas por debajo de 5
grados bajo cero la perjudican. Pero el elemento más peligroso para una mimosa
es el viento: sus raíces no se expanden mucho en el suelo, con lo cual la copa
suele ser más ancha que la parte del árbol que está bajo tierra; esto hace que
una ventada fuerte la pueda tumbar. Si por desgracia el viento ha tirado
nuestra mimosa, podemos intentar enderezarla, pero advierto que será una tarea
casi imposible pues seguramente se troncharán las raíces, si es que no lo han
hecho ya. Para evitar este problema, es conveniente rodearla de fuertes
soportes de madera o metal, bien introducidos en el terreno.
Este árbol florece de enero a marzo; en esta
época las mimosas son una auténtica maravilla, pues se ven todas ellas vestidas
de amarillo, cual pompón de ese color.
Las flores suelen cortarse para realizar
los ramos; incluso podemos verlas ya en las floristerías...
La mimosa aguanta bien la sequía; precisamente
para ella los riegos demasiado continuos pueden representar algún problema, pues
las raíces llegan a encharcarse y pudrirse. No es necesario podar las mimosas.
La mimosa, una planta para cultivar en el jardín o en el balcón...
La época del año apropiada para plantar nuevas
mimosas en nuestro jardín es durante el invierno, antes de que comience la
época de la floración. Así se adaptarán mejor a su nuevo entorno.
La mimosa común ( Acacia dealbata) es un
árbol de tamaño medio o pequeño que se desarrolla bien en climas húmedos y de
inviernos cálidos, como el atlántico y el mediterráneo. De hojas compuestas y
bipinnadas ( formadas por foliolos o partes independientes en número par sobre
un eje común), presenta abundantes grupos de flores, amarillas o blancas, de
tamaño reducido y muy olorosas.
La primera regla para su correcto crecimiento es
cavar un agujero grande, más ancho que profundo. Tendremos en cuenta que la
mimosa necesita mucha superficie para que sus potentes raíces se desarrollen a
la perfección. Prospera bien en terrenos arenosos, pero como suelen ser
bastante secos, deberemos prestar especial atención al riego. Nunca dejaremos
que pase sed, o correremos el riesgo de que se ponga mustia y nos costará mucho
recuperarla. Tampoco resulta conveniente el trasplante, de ahí que, si lo
hacemos, debemos extraer el cepellón con cuidado para que no se desmorone.
Resiste el frío intenso, pero sufre con la nieve,
que causa graves daños en sus ramas. En este caso más vale que la protejamos,
poniéndola en una lugar abrigado, contra una pared al sur o al oeste y
cubriendo el suelo con una ligera capa de paja para que no se hiele. Si está en
un tiesto la llevaremos a casa o a una esquina de la terraza si la temperatura
es inferior a -4 ºC.
Prefiere el aire libre al interior, donde precisa poca calefacción y buena luz.
Para que aparezca más tupida deberemos podarla
con fuerza en su etapa de formación. Cualquier otro recorte no resulta
aconsejable. Si lo hacemos cuando el árbol es joven, lograremos ejemplares
globosos, de porte más saludable y correcto, y floraciones de mayor belleza al
presentarse más tupidas. De paso podemos aprovechar los vástagos para
colocarlos en un recipiente con agua y azúcar y ubicarlos en una habitación
fresca como decoración.
En verano podemos hacer esquejes, cortando
terminales de ramas que no hayan florecido y utilizando una mezcla de turba y
arena. Mantendremos cierta humedad para que, en dos meses, echen raíces. En
otoño esparcimos semillas en una bandeja de siembra y la conservamos en un
lugar sombrío y húmedo a 21ºC.
En el primer año medirán 15
centímetros y podremos poner las plantas en tiestos al
siguiente. Se pueden llevar al jardín tras dos temporadas de crecimiento.
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