lunes, 21 de septiembre de 2015

a comer frutos del otoño...

Es tiempo de granadas:

 El granado



cultura, propiedades y remedios...

Emblema del último reino musulmán de la Península Ibérica, el granado fue valorado por casi todas las culturas mediterráneas.


El Granado es un arbolito originario probablemente de Persia, de donde vino a los países mediterráneos traído por los fenicios y extendido más tarde por romanos y árabes. Parece ser que fue conocido y cultivado desde remotísimos tiempos; en tumbas egipcias de 2500 años antes de la era cristiana se han encontrado restos de sus frutos. Dichos frutos son considerados en Oriente símbolo del amor y de la fecundidad. También se les ha considerado símbolo de la amistad por la disposición de sus granos, que recuerda una unión estrecha y armoniosa.
 
 Si se separan de manera violenta parece como si el fruto llorara.

El poeta granadino García Lorca dedicó a la granada los siguientes versos:

"La granada es corazón
que late sobre el sembrado,
Un corazón desdeñoso
donde no pican los pájaros,
Un corazón que por fuera
es duro como el humano,
pero da al que lo traspasa
olor y sangre de mayo"

En invierno del Granado solo quedan las ramas desnudas y algún fruto que no se ha desprendido, pues pierde las hojas durante el otoño.
 Los frutos de los Granados silvestres (no injertados) tienen menor tamaño, los granos más pequeños y menos jugosos, de color blanco (no rojo) y sabor muy ácido. Se suelen encontrar en las lindes de las heredades, donde forman setos vivos de muy agradable aspecto.
 
Entre las variedades cultivadas la de superior calidad es la conocida como "Tendral". Tiene los granos de buen tamaño, con pepitas muy delgadas, lo que hace que tenga mucho jugo. El inconveniente de esta granada es que, por tener la piel muy fina y débil, no se presta para el transporte a distancias. Además, por este motivo, en casa aguanta menos tiempo, porque donde reciba el menor golpe se estropeará fácilmente.

Ocurre un fenómeno curioso con la granada y el Sol. Toda fruta de color cuanto más Sol recibe más coloreada se pone. Pero a la granada le ocurre lo contrario, por el lado donde le de mucho y fuerte el Sol adentro no se pone roja sino que se halla blanca, al revés de otras frutas.

Para conservar las granadas durante mucho tiempo hay que recogerlas a mano, escogiendo las que no hayan recibido ningún golpe (esto es muy importante). Se colocan sin amontonarlas en un lugar lo más fresco posible, sobre papel de periódico, vigilándolas a menudo y consumiendo antes las que manchen el diario.


Pero lo más importante, lo esencial, es saber que la granada, en su interior, si no se la golpea, no se descompone ni cría gusanos. No es posible a parásito alguno perforar la gruesa y dura corteza para depositar sus huevos, como ocurre con otras frutas. Además, la gran cantidad de tanino que contiene dicha corteza la defiende aún más contra enemigos invasores.


Hay quien guarda granadas sanas, sin estar muy maduras, en grandes jarras de barro, bien colocaditas y tapadas, y dicen que así aguantan mucho tiempo en buen estado.

Para desgranar las granadas se parten por la mitad, se coje media granada, se aprieta un poco para que se aflojen los granos, y sobre una fuente o plato, con el corte para abajo, se la golpea en la piel con el mango de un cuchillo grande (o similar) mientras se le va dando vueltas con la mano. Otro procedimiento es el siguiente: separar (extraer) el extremo del cáliz haciendo un cuadrado con 4 o 5 cortes de cuchillo;


 Separar en  gajos el fruto y desgranarlo (o comer a bocados cada gajo).
por cierto.. 
en Cadalso 
también tenemos granados...
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