El otro día comentaron en una emisora de radio que los cielos permanecían con un color triste y "ceniciento"...
Palabras y su significado: " Ceniciento "
ceniciento, a
adj. Que tiene un color parecido al de la ceniza el cielo ceniciento deslucía el paisaje. cenizoso
(Gran Diccionario de la Lengua Española © 2016 Larousse Editorial, S.L)
ceniciento, -ta
(de ceniza)
adj. De color de ceniza.
(Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.)
ceniciento, -ta
abreviación
que tiene un color gris claro ...
. . . . . . . .
Ejemplos
Más bien había ganado que perdido, porque el pelo de su cuerpo, que tenía antes un viso ceniciento, había adquirido el brillo y la blancura de la nieve.
Hambrean al niño aterrado hasta que llora noche y día; azotan al débil y flagelan al necio; se mofan del viejo ceniciento y algunos enloquecen, y todos se malogran y nadie puede pronunciar palabra.
La
rememoro en mi imaginación, que me atrevo a calificar de fotográfica, con buenas medidas de la su bonita cabeza proporcionada, rigurosamente peinada, frente amplia; su rostro
pálido, a veces ceniciento, a veces gris ,siempre bien peinada...
Y
como raíz se hunde en la tierra lentamente para que la tierra inunde de
paz y panes su frente. Me duele este niño hambriento como una grandiosa
espina, y su vivir ceniciento revuelve mi alma de encina.
Por el recuerdo de Mariquita pasó, en un ceniciento
gris, su historia, la más cercana, la de esposa respetada, querida sin
ilusión, sola en suma, y apartada del mundo casi siempre.
Leopoldo Alas
Enfrente de ella, ante una gran taza de buen café con leche, un hombre meditaba a la orilla de aquel mar ceniciento...
Fuéle respondido por el
capitán negro: Vuestra nariz es larga, y la nuestra chata; vuestro
cabello es liso, y nuestra lana riza; vuestro cutis es de color ceniciento,
y la nuestra de color de ébano; por consiguiente, en virtud de las
sacrosantas leyes de la naturaleza, siempre debemos ser enemigos.
LA CALLE DE LA IGLESIA
ResponderEliminarLa calle de la Iglesia, marchando en cuesta arriba,
de pasos que han sido miríadas de memorias
aconteceres sabe de múltiples historias
cribadas por el cedazo abierto de la criba.
La calle de la Iglesia, marchando en cuesta abajo
con sus riadas de lluvia, en las tardes tormentosas,
oyó el toque a maitines y el toque que a las fosas
conducentes nos conducen al hondón más bajo.
Por calle de la Iglesia, surcaban las barquillas
hechas con las cortezas del tronco de los pinos
por muchachos coruchos una infancia que enlaza
madurez y declive, bajel en sus orillas,
añoranza de sendas veredas y caminos
de una vejez placida, sentados en la plaza.