jueves, 2 de febrero de 2012

Las abejas tienen problemas segun nos dicen...


Las abejas se hallan en vías de extinción. Las consecuencias para la polinización son desastrosas porque es lo que permite la reproducción de las plantas y de las flores. ¿Por qué se extinguen las abejas?

abejas

Las abejas están desapareciendo, se extinguen. Las consecuencias que esto puede acarrear son desastrosas por la polinización que es la que ha permitido, durante millones de años, asegurar la reproducción desde las plantas hasta las flores. Además, el 35% de nuestra alimentación depende de la polinización: frutas y hortalizas. Los alimentos más famosos recomendados por los nutriconistas. Por otra parte, en ciertas regiones del mundo, la desaparición de insectos polinizadores obliga a los agricultures a polinizar manualmente.

Los investigadores y los apicultores avanzan en varias hipótesis, porque aún no ha sido identificada con claridad la causa principal de la extinción de las abejas. Todas las presiones sobre el ecosistema y la salud de las abejas han sido revisadas: OGM, las ondas electromagnéticas, los pesticidas, la contaminación, el cambio climático, la escasez de flores, los virus, las enfermedades, los parásitos, los hongos…

Desde la antigüedad, el hombre ha domesticado a las abejas para cosechar la miel pero, durante los últimos años, las fuentes de degradación del medio ambiente y los daños al bienestar es tal que podría tratarse de una combinación de factores que exceden la capacidad de resistencia de las abejas.

Los pesticidas, a pesar de que las cantidades aplicadas son mucho más bajas que los principios activos, desde hace casi cincuenta años están perjudicando a todos los países y a la capaicdad de producción de los paíese en vías de desarrollo. La contaminación es a nivel mundial.

Ahora bien, las abejas son excelentes indicadores de la calidad del medio ambiente en el que evolucionan.

Vía|notre-planete

Imagen|Gustavo (lu7frb)

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LAS ABEJAS DESAPARECEN


Durante los últimos años se ha hablado largo y tendido sobre uno de los principales problemas medioambientales a los que nos enfrentamos: el descenso en la población de abejas. Se ha escrito mucho sobre sus numerosos beneficios tanto en salud como en alimentación, y es sabido por todos su gran importancia en la polinización y reproducción de plantas (hasta el punto de pedirse su declaración como Patrimonio de la Humanidad). ¿Pero hasta qué punto es crítico este descenso de población? ¿Qué causas lo producen?

El descenso de la población de abejas

Desde que en 2006 la Facultad de Ciencias Agrícolas de Pensilvania documentara el primer gran descenso en la población de abejas a nivel mundial, ha sido mucho el cuidado y el interés por estudiar y controlar este descenso, que desde entonces ha alcanzado unas pérdidas medias del 40% anuales en todo el mundo, principalmente en Estados Unidos y el norte de Europa.

Sin una causa determinada que pueda explicar este declive, especialistas de todas las ramas sacan a la luz estudios y teorías con el fin, por una parte, de concienciar sobre la realidad de un hecho documentado y, por la otra, de aportar algo de realismo a un escenario que, desde que Einstein pronunciara sus famosas palabras, se tiñe siempre con excesivo dramatismo apocalíptico.


El Trastorno del Colapso

Bajo el nombre general de "Trastorno del colapso de colonias" (TCC) se esconden causas de lo más dispares para explicar los descensos recientes de la población de abejas.

La primera causa que disparó las alarmas fue el uso indiscriminado de ciertos pesticidas (neocotinoides) en todo el mundo, cuya total prohibición en países como Italia, Francia o Alemania empieza a dar sus frutos en forma de crecimiento poblacional. Posteriores estudios han hablado también de afecciones por distintos tipos de parásitos, en especial los resistentes ácaros del género Varroa, o infecciones por RNA-virus que podrían transmitirse desde los mismos granos de polen.

Otros estudios que añaden más causas al TCC hablan sobre la excesiva especialización de las abejas utilizadas en la agricultura. El hecho de usarse estos insectos en vastas extensiones de monocultivos merma su sistema inmunológico, ya que es la variedad de tipos de polen en su dieta lo que ayuda a las abejas a producir grandes cantidades de glucosa oxidasa, una encima que ayuda a proteger de microbios y patógenos la miel y el alimento almacenados en la colmena.

Especialistas en entomología, alabados por el National Research Council, señalan además la importancia de una buena caracterización biológica y taxonómica de las especies de abejas con el fin de ampliar los conocimientos sobre las causas de su descenso poblacional gracias a la comprensión y el monitoreo de las relaciones entre las distintas especies de polinizadores y sus huéspedes.

Como en cualquier otro problema ecológico, no han faltado los estudios del impacto que puedan tener el calentamiento global, los cultivos transgénicos y las distintas ondas de emisión antrópica sobre la población de abejas. Datos que no han demostrado ser concluyentes.

La naturaleza sin las abejas

Con frecuencia se habla de la desaparición de las abejas como el fin del equilibrio natural y el colapso total del ecosistema de nuestro

planeta. No obstante, antes de entrar en el catastrofismo, hay ciertos aspectos que deben tenerse en cuenta.
Las abejas, aunque se les suela atribuir un papel principal en la función polinizadora, no son los únicos animales que ejercen esta función. Desde los más primitivos escarabajos (los primeros insectos en ayudar a la reproducción de las plantas), a los murciélagos, pájaros, polillas, mariposas e incluso lémures (si hablamos de Madagascar) que pueden llegar a transportar directa o indirectamente el polen, estamos ante una extensa lista de candidatos a ocupar el puesto vacante en la red trófica.

A este aspecto hay que sumarle el hecho de que es muy raro ver a plantas con un polinizador exclusivo, ya que suelen valerse de múltiples especies para esta tarea. Hay plantas con flor que disponen de sistemas para evitar que las abejas sustraigan demasiada cantidad de polen (ya que este polen lo utilizan para alimentar a la colonia y en realidad es muy poca la cantidad que acaba transfiriéndose de planta en planta), o especies de abejas que sólo pueden digerir un polen en particular (de ahí la importancia de una identificación de especies correcta, como ya se ha dicho).
La humanidad sin las abejas

Nuestra dependencia económica de las abejas es restrictiva, y es en este campo donde se daría la mayor influencia en un hipotético desvanecimiento de la población apícola.

De las abejas dependen tanto beneficios directos como mieles o ceras, como indirectos como la ya mencionada polinización de masas extensas de cultivo como almendros, bayas, soja, cebollas, brócoli o café. El descenso en la productividad de estos campos generaría (y en muchas zonas, en especial Estados Unidos, lo está haciendo ya) masivas pérdidas económicas en cadena que conllevarían unos precios estratosféricos en alimentación y un colapso de la economía mundial.

La concienciación sobre estos hechos está promoviendo novedosas medidas para el crecimiento de cultivos ecológicos, un mayor control sobre los productos plaguicidas y un incremento en los proyectos de investigación de mejora genética que incluyen especies de almendros capaces de auto-fecundarse.

Ya lo veis... todo son ventajas con la miel
y la tenemos tan cerca..
en la variante de Cadalso..

2 comentarios:

  1. la solucion son las granjas de avejas en tal caso , el problema son las consecuencias en vastos territorios que se quedaran sin flores y plantas de todo tipo .

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  2. no me parece esa la solucion , a mi parecer lo mejor que se puede hacer es dejar el ecosistema en paz que se recupere todo rio agarra su cause de regreso

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