con estos calores me retraigo a junio del 2009 donde publiqué este artículo...
Que recuerdos señor......
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Que recuerdos señor......
Si era verano, el agua se calentaba en el sol, con sal gorda , en invierno en el infiernillo de gas y con el brasero, y luego a restregarnos bien los codos y rodillas... con jabón lagarto y un buen estropajo.
¡Qué años aquellos!
Siempre
con lagarto y si era domingo con jabón de olor...., solía existir una
pastilla de Lux o Heno de Pravia.. hummm, que aromas...
Parecían pocos aquellos olores, que eran la gloria pura del paraíso de la infancia. Qué afición a las colonias .
Los escaparates del barrio
estaban llenos de frascos de colonias. Era una maravilla el escaparate
de la mercería del barrio, el que vendía medias de cristal y relojes más
baratos que en Tánger. Escaparates de frascos con nombres apasionantes:
Flores del Campo, Maja, Jardines de España ,Heno de Pravia, Ninguno
como Maderas de Oriente. Tenía dentro un trozo de madera flotando.
Madera de Oriente si, como los Reyes Magos. Pero aquella colonia era
para verla en los escaparates.
A nosotros nos echaban colonia a granel. Íbamos a comprarla a la mercería, que tenía unos grandes frascos con un grifito, o enormes botellas con la colonia que buscaban. Era una rara alquimia de aquellos embudos de cristal con el que la colonia llenaba de olores las estanterías de carretes de la Dalia, de botones de nácar para la chaquetilla blanca de camareros, de aquellas peponas de cartón colgadas en el techo, esperando otra Cabalgata y otros Reyes Magos.
El dueño de la mercería se calaba las gafas de cerca y vertía de unos frascos y de otros extrañas combinaciones sabias:
¡--- Verás cómo ésta huele a Maderas de Oriente...¡
y el barreño seguía cumpliendo su misión..........
que madres y abuelas teníamos...
va por ellas......¡
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