Muchos de nosotros, seguramente, tenemos nuestra bodega particular en casa. Cuando salimos a cenar, no
es raro que nos acompañe una botella de vino. O incluso al salir de
trabajar un viernes, puede que caiga una copa de vino de
aperitivo y también hay personas que a la hora llamada de las cañas, toman sus vinos por Cadalso incluso a diario.... Estamos más que acostumbrados a la presencia del vino en
nuestra gastronomía y hábitos culinarios, pero, ¿sabemos de dónde viene?
Hoy haremos un breve repaso del origen e historia del vino en España...
El vino es uno de los productos más importante para España,
no solo por la importancia cultural que significa dentro de la propia
historia de los pueblos y comarcas vinícolas españolas, si no también
por lo que significa dentro de la dieta mediterránea.
Pero dejemos el término España, que es una concepción mucho más
reciente de la propia historia del vino, vamos a referirnos a iberia y
la península ibérica. Existen algunos testimonios
arqueológicos que verifican que los indígenas de la Península Ibérica ya
tenían conocimiento de la existencia de la vid, ya que hay evidencias
de que usaban y cultivaban vides para su consumo. Estos hallazgos la
sitúan en la Edad del Bronce en la provincia de Granada y una tumba
donde se encontraron semillas de uva cultivada y vasijas con depósitos
de mosto.
Origen e historia del vino en España
La
viticultura ha sido parte de la cultura española desde hace siglos.
Literalmente. Los primeros indicios de su práctica datan de la época de
los romanos, fenicios y griegos.
Estos pueblos fueron los que
introdujeron la vid en la Península Ibérica, además de traer consigo las
más modernas técnicas de cultivo y producción de caldos de la época. De
hecho, el lagar más antiguo del que se tiene noción se encuentra en el
Castillo de Doña Blanca, cerca de Cádiz. Una antigua colonia fenicia.
Sin
embargo, la época dorada del vino en nuestro país fue en la época en la
que el Imperio Romano poblaba nuestra península bajo el nombre de
Hispania.
Las exportaciones del vino eran habituales y no tardó mucho en
convertirse en un producto muy codiciado. Se producía principalmente en
las áreas de Tarraconensis y Baetica – las actuales Tarragona y
Andalucía.
Tras
la caída de este colosal Imperio, no hay demasiados datos acerca de la
viticultura en la península, debido a la invasión de pueblos bárbaros
del norte de Europa. Estas tribus, seguramente, se dedicaran más a la
producción y consumición de cerveza.
Con la llegada del pueblo
Musulmán, la viticultura resurgió de sus cenizas. A pesar de que su
cultura y su religión les prohibían la consumición de vino,nunca
previnieron a los Cristianos de continuar con su producción. Además,
disfrutaban de la uva en fruta y en pasa.
Durante la Edad Media
aterrizaron numerosas hermandades de monjes de todo el mundo. Eligieron
la Península debido a las óptimas condiciones climáticas para producir
vino.
Pero
no sería hasta la Reconquista cuando se reabrirían los canales de
exportación a nuestros países vecinos: Francia, Italia o Alemania se
encontraban entre nuestros clientes más asiduos.
Cristóbal Colón sería
el encargado de ampliar la red de exportaciones vinícolas con el
descubrimiento del continente americano. A partir de aquí, los
conquistadores españoles se llevarían botellas y cepas para iniciar la
producción de caldos en las nuevas colonias españolas. Además, los vinos
españoles habrían alcanzado una popularidad tan extensa, que ciudades
pioneras en su producción, como Cádiz, eran saqueadas con frecuencia por
ellos.
Durante
los siglos 15 y 16, una de las marcas más características de España era
su vino. Producido por todas las regiones de la Península Ibérica y con
las Islas Canarias recientemente conquistadas, la elaboración del vino
en este archipiélago se catapultó debido al clima húmedo y a su
localización estratégia...
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