La Torre Eiffel cumple 125 primaveras
Fue la torre más alta del mundo durante más de treinta años, hasta la construcción en 1930 el edificio de Chrysler en Nueva York
Veintiún salvas de cañón retumban en el cielo París
cuando Gustav Eiffel iza la bandera tricolor en la torre de metal que
todavía no lleva su nombre. Era domingo ese 31 de marzo de 1889 y a las
13:30 un grupo de invitados ilustres, entre los que se encuentra el
presidente de la República, Sadi Carnot, acaba de subir los 1.710 escalones que llevan al tercer piso para inaugurar la torre, que es ese momento es la más alta del mundo...
Fue la torre más alta del mundo durante más de treinta años, hasta la
construcción en 1930 el edificio de Chrysler en Nueva York. Desde 1964
está inscrita en el patrimonio mundial de la Unesco. Si durante la
Exposición Universal fue contemplada por dos millones de curiosos, un
siglo y cuarto después ha superado los 250 millones de visitantes.
Aunque pertenece a la ciudad de París, su gestión es privada y requiere un constante mantenimiento. Necesita una mano de pintura cada siete años, para lo que se requieren 60 toneladas de laca. No fue siempre marrón. Al principio era roja, en los sesenta ocre amarilla. Desde el 2000 la gran señora se adorna con 20.000 bombillas, que se iluminan y tiemblan cada hora en punto durante 10 minutos. Para las grandes ocasiones se viste en color. Lució, por ejemplo, en rojo cuando se celebró el nuevo año chino.
Con sus 1.665 escalones hasta la punta, la dama es a menudo objeto de competiciones deportivas no siempre afortunadas. En 1912 el primer paracaidista que intentó tirarse se estrelló delante de los fotógrafos. Pero en los sesenta un neozelandés tuvo más suerte. Todo esto está ahora prohibido y montones de gendarmes cuidan, sobre todo, de que en el menor despiste no se cuelen escaladores.
Este lunes no habrá grandes celebraciones pues el "monstruoso esqueleto" está en plena cura de rejuvenecimiento. Las tres construcciones a sus pies donde estaban las taquillas van a ser remplazadas por unas salas de acogida que merezcan este nombre para que los miles de visitantes cada día no tengan que esperar a los ascensores bajo la lluvia. El primer piso a 57 metros también está en renovación para instalar un nuevo restaurante.
Aunque pertenece a la ciudad de París, su gestión es privada y requiere un constante mantenimiento. Necesita una mano de pintura cada siete años, para lo que se requieren 60 toneladas de laca. No fue siempre marrón. Al principio era roja, en los sesenta ocre amarilla. Desde el 2000 la gran señora se adorna con 20.000 bombillas, que se iluminan y tiemblan cada hora en punto durante 10 minutos. Para las grandes ocasiones se viste en color. Lució, por ejemplo, en rojo cuando se celebró el nuevo año chino.
Con sus 1.665 escalones hasta la punta, la dama es a menudo objeto de competiciones deportivas no siempre afortunadas. En 1912 el primer paracaidista que intentó tirarse se estrelló delante de los fotógrafos. Pero en los sesenta un neozelandés tuvo más suerte. Todo esto está ahora prohibido y montones de gendarmes cuidan, sobre todo, de que en el menor despiste no se cuelen escaladores.
Este lunes no habrá grandes celebraciones pues el "monstruoso esqueleto" está en plena cura de rejuvenecimiento. Las tres construcciones a sus pies donde estaban las taquillas van a ser remplazadas por unas salas de acogida que merezcan este nombre para que los miles de visitantes cada día no tengan que esperar a los ascensores bajo la lluvia. El primer piso a 57 metros también está en renovación para instalar un nuevo restaurante.
FELICIDADES.....y a por otros 125 años.
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