Bajo el alero de mi casa, en la calle Real, en Cadalso ya han ocupado sus nidos, que,
acaso, se han visto algo deteriorados por los rigores invernales y también por mi mujer que pasadas las crianzas limpió la fachada de nidos , barros y excrementos en nuestra puerta de entrada...
Es el milagro de la vida, que resurge después de la más cruda estación invernal ...
Han vuelto las golondrinas, ajenas a los afanes de este mundo a la fachada que las vio nacer...
Indiferentes al diario ir y venir de los hombres y mujeres...
Impasibles ante la famosa crisis , y a los muchos vaivenes políticos y a las otras miserias humanas...
Ellas están aquí de nuevo y criando...
Han cruzado desiertos, sobre volado montañas, atravesado el mar, para volver a sus nidos de origen en Cadalso...
Esos nidos que quedaron vacíos con los primeros vientos precursores del invierno.
Y que, ahora, de nuevo, son su refugio...
BIENVENIDAS A VUESTRO HOGAR...
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Sentida entrada que renueva pasadas ilusiones que renacen de las alas de tus golondrinas. Por otra parte entiendo a tu mujer... Y es que no son nada cuidadosas con los nidos de los humanos. A ver si van aprendiendo aunque sólo sea como homenaje a Bécquer que tan bellamente las cantó...
ResponderEliminarVolverán las oscuras golondrinas
de tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a tus cristales,
jugando, llamarán.
Pero aquéllas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquéllas que aprendieron nuestros nombres...
ésas .... ¡no volverán !