martes, 7 de septiembre de 2010

Hace falta ser burro...

Si .... hace falta ser muy burro y no tener corazón para cometer esta barbaridad...


supongo yo que no tendrá muy bien sus neuronas el propietario o autor de este criminal acto ...
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esta es la mala noticia:
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Rescatan del río Miño a una burra que tenía colgada del cuello una piedra de 15 kilos Publicado por ESTEBAN RUIZ 03/09/2010

Un vecino del concello de Toén la vio a la deriva dentro del río y avisó a Protección Civil.
El animal se ha hecho inseparable de un perro abandonado en la misma zona.
Su destino parecía claro. Con una piedra de unos 15 kilos colgada al cuello, en medio del río Miño, la burra debería haberse ahogado, pero un vecino del concello ourensano de Toén, la vio ir a la deriva, a cuatro metros de la ribera, y pidió auxilio a Protección Civil, que acudió a su rescate.

Según La voz de Galicia, el animal se ha hecho inseparable de un perro que, curiosamente, también había sido hallado unas horas antes, abandonado, en la misma zona. Ambos se mueven al unísono y se niegan a separarse. El alcalde del pueblo ha solicitado ayuda para hacerse cargo de los animales. Una protectora podría hacerse cargo del burro, pero al perro, si nadie lo remedia, podría esperarle la perrera. Vista la 'afinidad' entre ambos, lo ideal sería encontrar a alguien que pudiera hacerse cargo de ambos animales.

Hasta el momento no se ha podido localizar a los dueños de ninguno de los dos animales.

http://www.20minutos.es/noticia/804018/0/burra/mino/piedra/
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y esta es la buena noticia del día:

La Asociación ANDREA se hará cargo del perro y de la burra tras conversaciones con el Municipio de Toén(Ourense).

En estos momentos estamos a la espera de los resultados del informe veterinario para poder trasladar al animal a la sede de la Asociación ANDREA en Allariz.

Nuestra intención es hacernos cargo también del perro que no se separa de ella, para que continuen juntos.

Una vez en nuestra sede se valorará su estado y se iniciará un periodo de rehabilitación para su posterior entrada en el Programa de Adopción en Domicilio o bien en el Programa de Terapia Asistida con burros para personas con discapacidad, de los que dispone la Asociación ANDREA.

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Dicho esto me dispongo a haceros bucear un poco en las características propias de este animal de belleza y actitud tan únicas.

El asno zamorano-leonés se caracteriza por su gran tamaño y corpulencia (1’60 metros), para lo que a este équido se refiere, mayor que otras razas pollinas y sólo es comparable en envergadura al asno andaluz-cordobés. Unido a esto, puede llegar a pesar mucho, alrededor de los 350 kg. Esto es así sin ninguna duda, debido a la cantidad de hierba que pasta este animal. Acostumbra a gozar de buenos espacios para pastar, generalmente cortinas de pequeña extensión, o si no el propio monte, donde los hierbajos son devorados gustosamente por estos animales.

Los pastos no son tan verdes como ocurre en el norte peninsular, pero eso no es un freno para los asnos. Una dieta variada de las diferentes especies vegetales de bajo tamaño quedan a merced del hocico asnal (hierba, ortigas, zarzas,…). Por supuesto le encantan las frutas, más que las verduras, y deja una naranja desamparada a la vista del burro, y comprenderás que preferirías verla exprimida en un vaso.

Siguiendo con sus características morfológicas, su largo pelo es de color castaño oscuro y suele crecerle como lana en forma de jirones. La abundancia de pelo es una característica propia del animal, y sus orejas suelen estar cubiertas de pelo. Por ello, el esquilado es una práctica frecuente en esta raza. El gran peso del burro lo sujetan unas largas y firmes patas, de pezuña grisácea.

El perfil y la pose del burro suele ser recta, con una verticalidad ligeramente inclinada, con las protegidas orejas estiradas. El cuello es fuerte, acompañando a una mandíbula fuerte, aunque similar a la de otras especies equinas. Más allá de la maraña oscura y de color castaño que supone su pelaje, el entorno de los ojos se encuentra bien diferenciado, de color blanco, al igual que su hocico y su vientre, aunque este último se encuentre camuflado entre los largos jirones del costado.

En lo que a su carácter se refiere, es un animal dócil, simpático, de buen trato si el que se acerca se muestra con buenas intenciones, y afable donde los haya, presentando una compañía muy reconfortante, incomparable a cualquier otro animal. Lejos de una actitud apacible, es fuerte y muy resistente a los cambios del clima, que en una zona interior de la meseta como ésta, y al pie de la sierra (la Sierra de la Culebra está muy cerca en este caso), resulta imprescindible para soportar la austeridad de lluvia en el verano y el frío viento del invierno y demás estaciones.
A lo largo de la historia ha desempeñado una labor importantísima como animal de tiro.

Como guinda de su aptitudes, es un animal muy inteligente. A diferencia de lo que en líneas generales se entiende por “burro” entre seres humanos (“zafio”, “tonto”, “corto de luces”), el burro auténtico muestra una gran capacidad de reconocer e identificar personas y distintos seres, al igual que sitios donde ha estado con anterioridad. Una vez que recorre una senda conoce cuál es su camino de memoria, sin necesidad de repetirlo más veces.

Una de las características de comportamiento propias del burro, que sí que se entienden habituales entre los seres humanos, es el de la tozudez, y más aún si se trata de un buen garañón. El burro no ha de seguir un camino en contra de su voluntad, si el olfato le dice que no, por algo será.

Esta es una de sus características propias, y que corresponden con el de la firmeza que necesita esta especie contra las inclemencias del tiempo y demás, y que no se contradice con su afabilidad. El buen burro ha de ser tozudo para garantizar su supervivencia.


Que burros somos a veces los llamados humanos...

1 comentario:

  1. tony monton dijo...
    Hay veces, amigo Carlos, que se cambian las tornas.
    Hay burros que parecen humanos y humanos que SON burros

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