Las uvas de Nochevieja: el origen
Las tradiciones siempre han despertado mucha curiosidad en mí, porque
está claro que su comienzo no se extiende al inicio de los tiempos, por
mucho que haya quien así se empeñe. Por cuestiones lógicas, lo que me
intriga estos días es el origen de la tradición de las uvas de Nochevieja.
La versión corta de la historia, y la que es voz populi, es que se trata de una tradición promovida en 1909 por agricultores de Alicante y Murcia,
deseosos de colocar el excedente de uvas que habían sufrido ese año
debido a una buena cosecha. Sin embargo, y aunque esta historia tiene
algo de verdad, su origen se remonta a algunos años antes.
Si entendemos la tradición de las uvas de Nochevieja como aquella que consiste en tomarse doce uvas en la Puerta del Sol a las 12 de la noche
del 31 de diciembre, el primer testimonio escrito que la constata es de
la prensa madrileña en enero de 1897, donde se comenta que "Es
costumbre madrileña comer doce uvas al dar las doce horas en el reloj
que separa el año saliente del entrante", lo cual quiere decir que al
menos en 1896 así se hizo, y probablemente algún año atrás.
La explicación plausible de por qué alguien decidió
que era buena idea pasar frío la última noche del año esperando que un
reloj diera las 12 campanadas para atragantarse con una docena de uvas
tiene su miga.
Así, privados los madrileños de esta noche de farra --salvo para
aquellos que dispusieran de tal fortuna-- algunos se animaron a celebrar
la Nochevieja en la Puerta del Sol, comiendo uvas con las campanadas,
tal vez como protesta o como mofa de la tradición burguesa de comer uvas y champán en la cena de Nochevieja, una tradición que reflejan los periódicos de la época y que dicen importada de Francia y Alemania.
Este comportamiento se extendió y popularizó rápidamente
en la capital, hasta el punto de que en 1897 los comerciantes de la
ciudad ya publicitaban las uvas de la suerte, y en poco años se conocía
en lugares tan lejanos como Tenerife.
Está claro que les salió bien, y hoy pocos son los que no dan la bienvenida al Año Nuevo con 12 uvas en la mano
para ir comiéndolas al son de cada campanada, o al menos intentándolo.
La superstición dice que da buena suerte, aunque peor suerte es
atragantarse por intentar comérselas todas a tiempo.
También conviene saber que las uvas de Nochevieja es una tradición exclusivamente hispana,
que también se exportó a otros países hispanoamericanos como México,
Venezuela, Argentina, Ecuador, Perú, Chile, Colombia. En otros lugares
no se toma nada con la uvas --fijaos si no lo aburridas que son las
Nocheviejas norteamericanas-- y en algunos, como Italia, es tradición
tomar un plato de sopa de lentejas durante la cena, una tradición romana
que nos dará fortuna en el nuevo año...
Muy interesante. Desconocía por completo que fuera tradición española. Gracias y Feliz Año Nuevo para todos. Muchas Felicidades para ti, Carlos, y toda tu familia.
ResponderEliminarIgualmente para ti y los tuyos Miguel y que el año nuevo nos sea mas llevadero en cuanto a la salud de los mios, un abrazo...
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