lunes, 2 de febrero de 2015

Hoy es la Candelaria...




¿Por qué el 2 de febrero es un día clave del invierno?

Si por la Candelaria llueve, lo que queda de invierno no será duro, pero si hace sol será peor...  
Pintura de Carlos A.osea mía...¡
 
Desde antiguo, los agricultores miraban al cielo el 2 de febrero, una fecha clave para predecir cómo será lo que queda de invierno en este día que coincide con el ecuador de esta estación meteorológica. A partir de hoy quedan más o menos los mismos días de invierno que los ya transcurridos desde el 21 de diciembre, el día más corto del año, es el solsticio de invierno, que marca el comienzo de la estación invernal.
A principios de febrero, los días ya tienen una hora más, como recuerda el refranero (por San Blas, mañana día 3, una hora más), y las gélidas noches de enero, que suelen ser despejadas, se van acortando. Por eso la Candelaria marcaba el momento de volver a sembrar los campos, después de dejar atrás la primera mitad del invierno, más fría y oscura. Pero había que estar seguro antes de sembrar.

Son varios los refranes que, como un registro meteorológico oral, recuerdan que este día predice cómo será lo que queda de invierno: El más conocido: Si por la candelaria plora [llueve], ya está el invierno fora. Y si no plora, ni dentro ni fora. Pero si da en reír [hacer sol], el inverno por venir. Y si no ha nevado y quiere nevar, invierno por comenzar.
Y es que, si en esta época del año los días son soleados, y en especial las noches despejadas, se producen heladas, explica el meteorólogo José Miguel Viñas, en su libro “Preguntas al aire” (Alianza Editorial). De nuevo el refranero lo refleja: “Más vale ver al lobo entre las ovejas que el sol el día de Candelas
Por la trascendencia de ese día sobre la agricultura, en los países de tradición católica en la Candelaria, Patrona de la isla de Tenerife, se celebra la fiesta de las candelas [velas], o del triunfo de la luz, durante la cual se bendecían velas para conmemorar esta fecha tan señalada para los agricultores. Las velas, una vez bendecidas, se guardaban en las casas para alejar los malos espíritus y las tormentas, sobre todo de granizo, que podían dañar las cosechas...

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