Volvemos con los vinos....
Un nuevo análisis científico realizado en Reino Unido demuestra que la dieta mediterránea puede disminuir la inflamación del sistema nervioso...
No es el primero
ni será el último estudio que demuestran los beneficios de la dieta
mediterránea, donde el vino es inherente a ella. Sin ir más lejos, este verano
investigadores de la Facultad de Ciencias de la Salud y Educación, Departamento
de Nutrición y Dietética, de la Universidad de Harokopio encontraban
vínculos entre la dieta mediterránea, y la prevención del
cáncer, enfermedades cardiovasculares y el deterioro en la vejez. En este
estudio se incluía al vino como parte de la dieta mediterránea, algo similar al
estudio publicado en la revista Nature el 26 de
septiembre pasado.
Según este
estudio, realizado por un equipo de investigadores del Reino Unido, las
personas que llevan este tipo de dieta tenían un 33% menos de probabilidades de
desarrollar síntomas depresivos o depresión clínica. La investigación estuvo
dirigida por la Dra. Camille Lassale, del Departamento de Investigación de
Epidemiología y Salud Pública del University College London.
Para el análisis,
Lassale y su equipo analizaron 41 estudios previos con datos de varios países
donde examinaron los hábitos alimenticios y la salud. Los investigadores
incluyeron solo estudios que explicaron los factores del estilo de vida que
podrían afectar la depresión, como fumar, inactividad física y un alto índice
de masa corporal. Los estudios emplearon diversas medidas de hábitos
dietéticos, como el Índice de Dieta Mediterránea (MDS), que registra nueve
hábitos, incluido el consumo de alimentos beneficiosos (como frutas, verduras,
legumbres, cereales y pescado) y el consumo de alcohol con moderación, o el
consumo de alimentos perjudiciales (como la carne y la leche o productos
lácteos).
Otra dieta
considerada por los estudios fue la dieta de Enfoques Dietéticos para Detener
la Hipertensión (DASH), que pone énfasis en las verduras, frutas, granos
integrales, limitados productos lácteos bajos en grasa, también limitado consumo
de grasas saturadas y totales, y también consumo moderado de alcohol.
Por último, el
equipo también realizó un seguimiento de la salud de las personas que tenían lo
que llamaban una "dieta proinflamatoria", definidas como aquellas que
tenían azúcares añadidos, harinas, lácteos, altos contenidos de grasas trans,
grasas saturadas, y en general alimentación ultraprocesada.
Los autores
concluyeron que la dieta mediterránea mostró el vínculo más claro con un menor
riesgo de depresión, mientras que la dieta proinflamatoria se asocia con un
alto riesgo de síntomas depresivos o depresión clínica.
Si bien el
estudio, basado en un análisis de datos, no puede precisar la razón exacta del
menor riesgo de depresión, los científicos teorizan que la milenaria dieta mediterránea
está reduce la inflamación de manera eficaz, y la depresión se ha relacionado
con la inflamación en el cerebro y el sistema nervioso. Sin embargo,
advierten que no hay datos suficientes para vincular a las personas que sufren
de depresión con dietas poco saludables, ya que pueden existir más factores en
el desarrollo de la enfermedad.
En este sentido,
si bien está demostrado que el vino tomado con moderación como parte de la
dieta ofrece incontables beneficios para la salud, no nos cansaremos de
recordar que su consumo abusivo es a menudo síntoma de depresión, además de ser
dañino para el organismo y origen de otras muchas enfermedades.
Y si el vino es de Cadalso,
pues mucho mejor sentará....
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