ANTONIO AGUÑA
HERNÁNDEZ
Llega sonriente,
satisfecho, lleno de vida, derramando emociones a
cántaros, con unas ganas locas de transmitirnos sus últimas vivencias.
Aparece el primero en la reunión. No quiere perderse ni un
segundo de la felicidad que le embarga nada más vernos.
Nos espera
en la esquina de la barra y cuando vamos llegando nos pega un
abrazo entre admirables carcajadas. Y te troncha el alma. Y
el corazón. Hasta el espinazo te troncha por la mitad dándote ese
abrazo que parece la erupción de un volcán.
Un cráter que libera
todo su magma de cariño; toda su lava de afecto rebosa entre
sus brazos llenos de imparable entusiasmo.
Parece tragarnos con
su ternura. Es un Vulcano que nos devora para que nada ni
nadie le prive de nuestra compañía. Y según nos ciñe, nos estruja y
nos rodea, te musita al oído un íntimo y
ensordecedor: “¡¡¡OS
QUIERO!!!”, para que sólo escuchemos nosotros su
tartamudeo conmovido, ancestral, de cuando éramos niños buenos e
ingenuos.
Esta cita con la
vida, este fiel encuentro anual que vivimos los
excompañeros de Garza, es un Maravilloso Acontecimiento
Humano. Pero el de este año va más allá, roza lo sobrehumano. En esta
ocasión, Antonio AGUÑA HERNÁNDEZ es el protagonista más
querido, más respetado, más esperado.
Es, siempre lo ha sido,
nuestro Maestro de ceremonias. Nuestro Maestro en la
profesión. Nuestro Maestro en todo, sí.
Pero fundamentalmente es
nuestro Maestro en la
Amistad. Y hoy está aquí roto por los
sentimientos para recordárnoslo. Y lo proclama a voces a los cuatro
vientos, lo dice a voz en grito para que llegue a los
confines más remotos de todos los corazones: “¡¡¡OS QUIERO. SOIS MIS
AMIGOS!!!” Y lo dice así, derrochando sinceridad, a pecho
descubierto, chorreando incontenible pasión,sangrando amor a
borbotones por la herida del cariño. Y nos emociona a todos
haciéndonos mejores personas, mejores amigos…
Y quebrados por este
mágico instante, únicamente acertamos a decirle: Gracias,
Antonio. Muchas Gracias, amigo del alma.
Miguel MORENO
GONZÁLEZ Y DEMÁS “GARCILASOS”
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Tener amigos así es mas raro que tener un perro verde… Eso es una suerte, enhorabuena.
ResponderEliminarChusa
Un poco de envidia sana (¿existe..?)sí que da, sí.. Disfrútalo que no es nada usual. Un abrazo.
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ResponderEliminarQue no nos pase con la comida de Navidad...
Lo importante es seguir quedando:
Un grupo de amigos cuarentones se encuentran para elegir el sitio
donde van a cenar todos juntos. Finalmente se ponen de acuerdo en
cenar en el restaurante del Café Central, porque las camareras son
guapas, llevan minifalda y escotes generosos.
Diez años después, los mismos amigos, ya cincuentones, se reúnen de
nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen
de acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central, porque el menú
es muy bueno y hay una magnífica carta de vinos.
Diez años después, los mismos amigos, ya sesentones, se reúnen de
nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen
de acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central, porque es un
sitio tranquilo, sin ruidos y tiene salón para no fumadores.
Diez años después, los mismos amigos, ya setentones, se reúnen de
nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen
de acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central, porque el
restaurante tiene acceso para minusválidos e incluso hay ascensor.
Diez años después, los mismos amigos, ya octogenarios, se reúnen de
nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen
de acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central, y todos
coinciden en que es una gran idea porque nunca han cenado allí.
Sí, ríete, pero vete acostumbrando...