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Que nevadas las de antes...
Cuando cae una gran nevada, cuando pisamos sobre treinta centimetros de nieve, cuando estamos en contacto con una superficie totalmente nevada nos cambia el chip por completo y nos hace huir a la fuerza del sedentarismo en el que vivimos en la ciudad.
La sensación de bienestar y tranquilidad que respiramos ante un paisaje nevado es otro de los aspectos saludables que puede ser tranquilizante para quienes vienen de las ciudades, pero las personas que viven permanentemente en entornos nevados asocian ese paisaje con el temor al aislamiento y a la soledad aunque en términos generales el blanco nos da paz, libertad, luz, y sobre todo la sensación de encontrarnos con uno mismo.
Como ejemplo del efecto tranquilizador, pero a la vez excitante que la nieve puede provocar en las personas, recordemos la imagen de los niños que entran en contacto con una superficie nevada. “Lo primero que hacen es ponerse a jugar, a correr, a tirarse bolas, a rebozarse en la nieve… y lo mismo sucede con los adultos”, mirar las imágenes de los telediarios ,se trata de " una cuestión de libido, del disfrute de la vida, es nuestra capacidad de ser felices "…
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Ni que lo digas, menuda alegría nos da el pisar y7 disfrutar de la nieve con los niños .
ResponderEliminarMarta
Cuando nieva en nuestro entorno es un momento magico y si cuaja, osea si dura unos días pues es una alegría inmensa.
ResponderEliminarL. Miguel
Estas en Cadalso ahora Carlos ??
ResponderEliminarL.Miguel
No... las fotos me las envía el caminante anónimo que vive y pasea cada día por Cadalso...
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