Las abuelas y abuelos tienen razón: en la era digital, sentido común...
Los adultos tienen que aplicar las mismas normas que imponen a sus hijos para enseñarles un uso responsable de la tecnología...
Muchos padres de hoy recuerdan con nostalgia que antes se pasaba mucho más tiempo con las familias y se quejan de que sus hijos están todo el día con el móvil, de que pierden tiempo de estudio por estar conectados a las redes sociales y de que se aíslan en sus habitaciones por estar pegados a internet. ¿Pero este fenómeno es tan nuevo como dicen.?
¿Un nuevo intruso en la familia?
Series de las que enganchan ha habido siempre. Ahora se
ven en la tablet o en el ordenador, antes se veían en el televisor del
salón, pero en ambos casos los jóvenes están -o estaban- horas frente a
la pantalla. En las décadas de los setenta y ochenta, se esperaba con
ansiedad cada nuevo capítulo de Falcon Crest y se vivían como un auténtico drama todas las dificultades a las que se enfrentaban Los hombres de Harrelson. etc...,
La abuela asegura delante de su hija: “Yo al principio discutía con ella. No se perdía nunca su serie favorita”. A la abuela también le costó asimilar los hábitos de su hijo: “A mí en aquel momento me parecía una pérdida de tiempo porque no hacía más que engancharse a la televisión”. Los nietos sonríen entonces, no sin cierta ironía, al comprobar que sus padres y madres también “abusaron” de la tecnología por entonces disponible para pasar sus momentos de ocio, igual que ahora les reclaman a ellos.
¿La solución para entenderse entonces? Pues algo tan fácil
como comprensión y empatía, que los ahora padres se acuerden de que
ellos tampoco prestaban a veces la atención suficiente a sus mayores
cuando eran niños o adolescentes. Esta es la base para enseñar a
nuestros hijos a relacionarse de manera saludable con la tecnología. Hay
que evitar cometer errores del pasado, pero ante todo no caer en ellos
en el presente, restando tiempo a la familia por sumergirnos en alguna
de las múltiples pantallas que nos rodean. Porque el ejemplo a la hora
de educar es fundamental para transmitir enseñanzas a los hijos.
Pero para aprender en familia también es importante contar
con un punto de vista imprescindible: el de las abuelas. Las que mejor
conocen cómo eran los padres y madres de hoy en su adolescencia y las
que les recuerdan que ellos también vivieron al máximo la tecnología del
momento.El buen uso de la tecnología
A los hijos se les puede acusar hoy de estar todo el día
conectados a internet, de que el móvil es la única forma que tienen de
comunicarse… ¿Pero qué pasa cuando son los adultos los que no respetan
las normas? Según el reciente estudio
realizado conjuntamente por las universidades de Michigan y San
Francisco, los más jóvenes exigen que sus progenitores también utilicen
la tecnología con moderación. Muchos de los encuestados piden que sus
padres sean los primeros en cumplir con las normas que establecen con
sus hijos. Y es que la dependencia del móvil afecta igualmente a los
mayores que a los más pequeños cuando se prioriza contestar un mensaje a
aprovechar los pocos momentos en los que todos los miembros de la
familia coinciden en casa, como son las comidas o las cenas.
El respeto que piden los adultos en la actualidad cuando les dicen a
sus hijos frases del tipo “no me escuchas” o “¿has oído lo que te he
dicho?”, debe aplicarse también en sentido inverso. Ante todo la cuestión es dar ejemplo con el uso de los dispositivos móviles
y asumir su papel fundamental como herramientas de educación,
comunicación y entretenimiento, pero siempre utilizados de forma
equilibrada y sin restar tiempo al “cara a cara”...
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