Los bosques ibéricos se adaptan a las sequías extremas de formas distintas...
Los bosques españoles se enfrentan
de manera distinta a los cada vez más frecuentes y duraderos episodios
de sequía extrema, según un estudio liderado por investigadores del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Según el estudio, los árboles de las zonas secas del este y sureste de
la península ibérica responden a las sequías acelerando su recuperación,
mientras que las especies de zonas húmedas y templadas del norte
aumentan su resistencia durante la sequía.
La investigación, publicada hoy en la revista Global
Change Biology, pretende ayudar a pronosticar las reacciones de los
árboles para enfrentarse a los futuros eventos climáticos extremos, que
ponen en riesgo la persistencia de algunos bosques.
pista forestal de la Casa de Tablas...
Según los autores, el aumento de periodos secos en la península ibérica y
la diversidad de ambientes y especies constituyen una buena
representación de los efectos de las sequías y las estrategias que
podrían desarrollar los bosques europeos en el siglo XXI.
Los investigadores resaltan que los bosques españoles son ecosistemas
muy vulnerables ante el aumento de la frecuencia y la duración de las
sequías.
"Analizar su respuesta a estos eventos
extremos supone un reto importante debido a los múltiples niveles de
incertidumbre de los escenarios climáticos pronosticados para el siglo
XXI, y a las diversas respuestas de ecosistemas compuestos por especies
de árboles con diferente capacidad de adaptación, resiliencia o
plasticidad", indica Jesús Julio Camarero, investigador del Instituto
Pirenaico de Ecología y coordinador del estudio.
El trabajo ha analizado la capacidad de los bosques para regresar a su estado original tras una sequía.
Los bosques mediterráneos -dominados por especies de pino- mostraron
una estrategia de recuperación rápida del crecimiento tras las cuatro
mayores sequías sufridas en los últimos treinta años.
Por su lado, los bosques más húmedos y fríos de los Pirineos y la
Cordillera Cantábrica, donde predominan los hayedos, abetales o
robledales, afrontaron las sequías extremas con una estrategia de
resistencia, lo que significa que intentan mantener su capacidad de
crecimiento durante periodos secos.
"Si, tal como
indica este trabajo, las especies forestales tienen diferentes
capacidades de adaptación al cambio climático, conocer su estrategia
frente a eventos climáticos extremos como las sequías es fundamental
para evitar futuros procesos de decaimiento o mortalidad en relación al
cambio climático", comenta el investigador del Instituto Pirenaico de
Ecología, Antonio Gazol.
El trabajo ha utilizado datos de crecimiento de los árboles entre 1980 y 2015.
Según este estudio de los bosques deduzco que nuestro pinar cadalseño también se adapta a las sequías de estos años atrás (aunque ahora esta recibiendo agua y nieve para pasar unos años buenos)...
Según este estudio de los bosques deduzco que nuestro pinar cadalseño también se adapta a las sequías de estos años atrás (aunque ahora esta recibiendo agua y nieve para pasar unos años buenos)...
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