martes, 18 de diciembre de 2018

cartas al blog...






DON QUIJOTE Y LA NAVIDAD



Sancho, amigo, bueno sería que las relaciones entre nosotros mismos y nuestros prójimos fueran amistosas en grado sumo. Algo así como si fuera Navidad de por vida. Y aunque hay cosas que se sienten mejor que se dicen, atrévome a sugerirte por escrito (por aquello de que la pluma es la lengua del alma), algunas premisas para entre todos intentar llevarlo a efecto.

      


“No olvides, apreciado Sancho, que cada uno de nosotros somos hijos de nuestras obras y por ende artífices de nuestra propia ventura, pero para impulsarla es imprescindible la libertad: Por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.



       Ten en cuenta, ¡Oh Sancho!, que debemos respetarnos. A veces la mucha conversación que tenemos engendra desaires y hace que olvidemos que la abundancia de las cosas buenas que poseemos no se estime y, sin embargo, la carencia, aún de las malas, la estimamos en algo.



       Dígote también, querido Sancho, que hemos de desterrar la envidia de nuestros corazones; cualquier vicio trae un no se qué de deleite consigo, pero éste no trae sino disgustos, rencores y rabias. Antepongamos a ella la bondad que quebrante la mala ventura y haga que no se doble la vara de la justicia por el peso de la arrogancia, sino por el de la misericordia.



       Procuremos, hermano Sancho, hacer el bien sin esperar nada a cambio. Recuerda lo que dijo maese Cervantes: “¡Venturoso aquél a quien el cielo dio un pedazo de pan sin que le quede obligación de agradecérselo a otro que al mismo cielo!” Seamos pues, dóciles, vistiéndonos siempre de manera que parezcamos lo que queremos ser y no lo que queremos aparentar  mientras, de paso, hacemos gala de la humildad de nuestro linaje.




       Debemos, Sancho bueno, cuidar a las mujeres para que no desdeñen a quien las quiere y aprecien a quien las aborrece. Hemos de quererlas por la fama que tienen de bellas y discretas, si ellas  nos faltaran sería como si nos quitaran las niñas de nuestros ojos. Intuyo que juntándonos a ellas, que son buenas, quizá también lo seamos, no sin esfuerzo, nosotros.



       Observa, leal Sancho, que cuando hay amistad sincera lo demostramos con acciones y movimientos alegres y espontáneos que son fiel heraldo de lo que allá en el interior de nuestras almas pasa. Comprenderás entonces la mucha diferencia que hay entre las obras que se hacen por amor a las que se hacen por agradecimiento y por qué es la lengua la que habla de la abundancia del corazón.




       Quisiera Sancho, compañero, que sepamos disculpar a quien un día aparezca apesadumbrado. Suele acaecer que pensamientos y sucesos tristes pueden hacerle parecer descortés. Ayudémosle a recuperar con su alegría la nuestra, piensa que siempre deja la esperanza una puerta abierta en las desdichas.



       Seamos, dilecto Sancho, mesurados en el beber, en el comer y en el dormir; no olvides que el vino demasiado ni guarda secreto ni cumple palabra, que la salud del cuerpo se fragua en la oficina del estómago y que aquél que no madruga con el sol no goza del día.




       Finalmente, admirado Sancho, sólo me resta desear que nuestra vida esté jalonada por hermosas fantasías y, añado, que el mal físico acabará conmigo pero no con mi agradecimiento y cariño hacia todos vosotros. Que el espíritu de la Navidad esté permanentemente en nuestros corazones haciéndonos unos locos cuerdos y entrañables”

                                                                                                                                  


                                                   Miguel MORENO GONZÁLEZ

4 comentarios:

  1. Muy bonita entrada. Felicidades a ambos y a todo el pueblo en estas fechas.
    Cadalseño

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  2. Maravilloso, Maestro. Sabias palabras que gozan de perfecta actualidad. Cada vez volvemos menos la vista atrás y nos olvidamos de la sabiduría de nuestros antepasados. Menos mal que siempre hay alguien que arrastra la pesada mochila del pasado para, cual Rey Mago, repartir entre todos los recuerdos que nunca debemos olvidar.
    Gracias y un abrazo.
    Luis Carlos.

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  3. Graciaa, Miguel.. Leer lo bueno, como oír una música agradable, no digamos que nos mejore, pero siemre es recomendable.. Que tengas unas fiestas tranquilas.. Un abrazo.

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