Un poco de historia de
la Fiesta de Halloween...
Todos
sabemos cómo es Halloween hoy en día. O al menos sabemos cómo es
Halloween en Estados Unidos. La gran industria de Hollywood se ha
encargado de que nos enteremos.
Es una fiesta llamativa, que apetece
seguir. Sin embargo nos mostramos reacios a hacerlo. Por más que nos
apetezca, no podemos olvidar el hecho de que nuestros halloweens son una
copia no del todo aceptada de lo que hacen los americanos y también diré que se esta promocionando mucho en los últimos años entre los jóvenes y la población infantil en España...
Sin embargo, puede que sea porque pasamos por alto el origen de esta
celebración. Los antiguos pueblos celtas, llegado el final de
Octubre, solían celebrar una gran fiesta para conmemorar ”el final de la
cosecha”, bautizada con la palabra gaélica “Samhain” que significa “el final del verano”. Esta fiesta representaba el momento del año en el que los
antiguos celtas almacenaban provisiones para el invierno. Se acababa el
tiempo de las cosechas y a partir de entonces los días iban a ser más
cortos y las noches más largas. Era el final del año celta. El comienzo
de la estación oscura.
Los celtas creían que en la noche de Samhain los espíritus de los muertos
volvían a visitar el mundo de los mortales, así que encendían grandes
hogueras para ahuyentar a los malos espíritus.
Durante la celebración
era costumbre disfrazarse, para no ser objetivo de esos malos espíritus.
También era costumbre dejar comida y dulces fuera de las casas para las
almas de los ancestros y los buenos espíritus. Encendían velas para
ayudar a las almas a encontrar el camino.
Durante esa noche la frontera entre el mundo de los vivos y el mundo
de los muertos se hacía más tenue, existiendo la posibilidad de
comunicarse los unos con los otros. Era costumbre entre los celtas ir
por las casas recogiendo alimentos para las ofrendas a sus dioses. Ahora "Truco o Trato"al menos en Cadalso es como el antiguo aguinaldo...
También había ciertos rituales en los que preparaban un nabo, vaciándolo
y rellenándolo con ascuas, representando al espíritu que creían que les
otorgaba poder.
Esta
fiesta fue adoptada y transformada por los romanos y, posteriormente,
por los cristianos. Pasó de celebrarse el final del verano a celebrar la
víspera de todos los santos. Los inmigrantes irlandeses, al llegar a
América, sustituyen el nabo por la calabaza, más común en aquellas
tierras y más fácil de vaciar. Allí surge la historia de lo que
actualmente se conoce como “Jack O’Lantern”: Jack era un irlandés
borracho y tacaño, que cierta noche se topó con el diablo. Le vendió su
alma por un último trago, pero consiguió engañarle. Convenció al diablo
para que se convirtiese en una moneda con la que pagar aquel último
trago. Pero en lugar de pagar con ella la guardó en su monedero, que
tenía una inscripción en forma de cruz. El diablo no pudo volver a
transformarse hasta que le prometió a Jack que no reclamaría su alma.
Años después, Jack murió. Pero no fue al cielo por sus malos actos. El
diablo, siendo fiel a su promesa, tampoco reclamó su alma. Jack se
preguntó entonces “¿A dónde iré ahora?” y el diablo le respondió “Vuelve
por donde has venido”, dándole un carbón encendido del mismísimo
infierno para que alumbrase su camino en la oscura y ventosa noche…
Todo esto, conduce a lo que
hoy en día conocemos como Halloween: comprar disfraces, comprar
golosinas, comprar adornos… Sin embargo, si os gusta el tema, siempre
podéis intentar celebrar un halloween más a la antigua: Encended una
vela para guiar a vuestros ancestros, preparad alimentos para los
espíritus y, por qué no, reuníos con vuestros amigos para honrar la
llegada de la estación oscura… con algún que otro adorno en vuestro
cuerpo que mantenga alejados a los malos espíritus pero sobre todo pasarlo bien que la vida son tres días....
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