lunes, 4 de junio de 2018

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El monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, monasterio de Santa María de Valdeiglesias o simplemente monasterio de Pelayos es un monasterio de España en ruinas situado en la localidad de Pelayos de la Presa, en la Comunidad de Madrid...



Esto decía la prensa en octubre 2017

 MARCO NAYA @abc_madrid-

Pelayos de la Presa: el monasterio más antiguo de la región se cae a trozos por la falta de inversión pública…

La Comunidad prometió 1,9 millones para rehabilitarlo en 2011, pero solo se han destinado 347.000 euros para recuperar esta joya del siglo XII


En ruinas y desconocido por la mayoría de la gente, el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, el tercero más grande de Madrid, vive su peor momento y ansía la manera de reflotar y convertirse en un lugar de interés turístico. La falta de inversiones públicas avanza en paralelo a su estado de ruina. Los 1,9 millones que prometió la Comunidad de Madrid en 2011 se quedaron en el olvido y el actual Gobierno regional solo ha destinado 347.000 euros. «Migajas», dicen en el pueblo, para el monasterio más antiguo de la región, del siglo XII.
La historia más reciente de este recinto abandonado, situado a apenas 70 kilómetros de la capital, en Pelayos de la Presa, tuvo un gran protagonista en el último cuarto del siglo XX. El arquitecto Mariano García Benito vio un anuncio publicado en las páginas de ABC en febrero de 1974, en el que se informaba que el monasterio estaba en venta por 12 millones de pesetas. Tras estudiar el complejo, decidió comprarlo y comenzar a rehabilitarlo.
En la actualidad, este longevo monasterio sigue mostrando un estado ruinoso en prácticamente toda su estructura; con muros y tejados que, en su mayor parte, ya son inexistentes. Esto dota al complejo de una apariencia de dejadez que se camufla entre la vegetación que lo rodea y deja clara la necesidad de que se invierta dinero en su cuidado y rehabilitación.

Bien de Interés Cultural

La lucha de Mariano García por la conservación del conjunto supuso la primera protección que disfrutó esta histórica edificación. Gracias a su persistencia, en 1983, un Real Decreto declaró a Santa María la Real de Valdeiglesias Bien de Interés Cultural (BIC), como monumento histórico-artístico de carácter nacional. Tras invertir grandes cantidades de dinero y de esfuerzo, el 2 de diciembre de 2003, el arquitecto donó esta joya arquitectónica, de forma gratuita, al Ayuntamiento de Pelayos, con la condición de que posteriormente se creara una fundación para conseguir sumar fondos y lograr su total recuperación.

Elementos del monasterio: la cabecera románica, la espadaña y la fachada barroca, el claustro gótico y el escudo del Císter - ABC

El resurgimiento del monasterio vio un atisbo de esperanza en 2011, cuando el Estado y la Comunidad prometieron cerca de dos millones de euros para recuperar su esplendor, pero esta ilusión no duró mucho. Como explica Mario Cuéllar, exconcejal de Pelayos de la Presa que persigue su restauración, después de que se concediese ese presupuesto, el dinero «quedó pendiente de que la Comunidad de Madrid presentase un proyecto» para comenzar las obras. A pesar de esto, debido a que entre 2012 y 2014 la institución regional, ya dirigida por Ignacio González (PP), no presentó ningún proyecto, esa partida nunca llegó a ejecutarse y, según el exedil, «se perdió en el olvido». Cuéllar asegura que «es una pena que ese dinero no se aprovechase, porque es muy necesario para conservar el monasterio y evitar que siga destruyéndose»; y añade: «Lo necesita urgentemente».


El actual Gobierno regional, no obstante, ha concedido 347.000 euros para conservar esta joya del siglo XII, pero, para Cuéllar, esta cantidad aún es insuficiente. «Se necesita mucho más dinero para rehabilitarlo»; se deben evitar que «las lluvias y las tormentas provoquen desprendimientos» y conseguir convertirlo en un punto turístico de interés en la Comunidad. Ante esta situación, el exconcejal exige más inversiones y pide un reconocimiento del trabajo del arquitecto que lo rescató del olvido hace ya más de 40 años.

Estilos arquitectónicos

Los nueve siglos de vida de la edificación le ha permitido juntar en sus salas, según la Fundación Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, diferentes estilos arquitectónicos: románico, gótico, renacimiento, barroco y fragmentos de mozárabe. El primero de ellos, alrededor del que se levanta inicialmente el monasterio, es el románico, pero en la actualidad solo queda una muestra de este en la iglesia conventual y en varios restos de muros esparcidos por el edificio.
El Monasterio cuenta con zonas en las que se aprecian rasgos románicos, góticos, renacentistas y barrocos. También hay indicios de matices mozárabes
La remodelación que experimentó entre finales del siglo XV y comienzos del XVI trajo diversas influencias marcadas por el estilo gótico, visible en la mayor parte de sus piezas fundamentales. Bóvedas estrelladas con arcos cruceros, terceletes, ligaduras o nervios combados son algunos de los elementos más destacados del cambio de estilo, reflejado especialmente en los muros que conforman la nave y el transepto. En este periodo se hacen reformas que dejan la huella del gótico en la iglesia, la sacristía, el claustro, la sala capitular y el refectorio, pero se respeta el estilo románico de la cabecera. También recibirán influencias góticas el coro alto y la capilla funeraria situada en el transepto, datadas en el segundo tercio del siglo XVI.
Las obras realizadas a lo largo del siglo XVI y comienzos del XVII vinieron de la mano de lo que fue la época dorada del monasterio. Las modificaciones realizadas en este periodo le dan una apariencia renacentista que oculta gran parte de la arquitectura medieval. En estas décadas se amplía la superficie edificada construyendo un claustro nuevo, se añade una planta más a todo el complejo, se edifican de nuevo el capitolio, la portería, las habitaciones y se rehacen tres de sus cuatro fachadas cambiando la fisonomía exterior del edificio por un estilo. También se levantaron la torre campanario y la puerta de acceso al recinto, todo ello con una factura de aire muy renacentista.
Algunos de los desperfectos se encuentran en cornisas e imágenes arrancadas o pavimentos levantados.
El cuarto estilo visible es el barroco, que se persona en la fachada de la Iglesia conventual. De tipo retablo, con talla en granito de buena factura, la fachada cuenta con dos aperturas salvadas con arcos adintelados: la puerta de entrada y el balcón, sobre el que se colocaron tres hornacinas, también de tendencia barroca.
Santa María la Real también cuenta con un posible estilo mozárabe. Las dudas acerca de esto se establecen en torno a la denominada Capilla Mozárabe, que presenta una estructura dominada por una cúpula de gallones de planta octogonal junto a un sistema constructivo global que recuerda, en ciertos aspectos, a la iglesia mozárabe de Santo Tomás de las Ollas de Ponferrada, en León. El problema con su identificación surgió en el invierno de 1992, cuando el desplome de un muro sobre la edificación dejó a la vista restos de un trampantojo imitando sillería, que siembra de dudas el posible estilo mozárabe de la capilla.

Auge y caída

El monasterio fue fundado en 1150 durante el reinado de Alfonso VII de León. La obra permitió a los monjes benedictinos agrupar los doce eremitorios de este «valle de las iglesias» y, ya en 1177, el complejo fue incorporado a la Orden del Císter.
El declive del recinto, con un valor artístico que le permite ser comparable a los de El Escorial y El Paular, comenzó en 1835 con la desamortización de Mendizábal y la marcha de los frailes que lo habitaban. Esto supuso la puesta en marcha de un proceso que ha llevado al estado ruinoso en el que se encuentra hoy en día.

Los desperfectos de esta joya del Císter fueron descritos por Mariano García Benito en una entrevista concedida a ABC en el año 2011: «Tenía cornisas arrancadas, pavimentos levantados, sillares extraídos, imágenes de piedra arrancadas de sus hornacinas y la puerta de acceso al recinto monacal desmontada y trasladada». Por si fuera poco, la fachada de la edificación era expoliado por decenas de camiones, que lo usaban como cantera de piedra labrada y los restos arquitectónicos eran ignorados. El arquitecto también explicó que los habitantes de la localidad se quedaron incrédulos cuando observaron que pasaba a propiedad privada, ya que, como aseguró en la entrevista, «en el pueblo, creían que yo también iba allí a tirarlo todo y construir». Pero eso no fue así.
Ante tal situación, el Monasterio de Pelayos de la Presa permanece expectante y a la espera de nuevas medidas que le permitan asomar la cabeza y reformarse para mostrar la magnitud de la que presumió en el pasado...
Se que se  ha estado visitando ultimamente, luego lo habrán restaurado en parte para que ahora acoja la celebración de la primera Feria del Turismo en nuestra Sierra Oeste, de echo ya se ha estado visitando por grupos autorizados de turistas...

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