martes, 9 de febrero de 2010

nostálgico de mí, he querido revivir....

(con permiso de mi amigo Balta...)



Paisaje Cadalseño.....

Entonces éramos muchos menos pero, también, mucho más cercanos. Nuestras vidas giraban entorno al barrio, la escuela, la familia, los amigos, los juegos y la gente mayor... qué importantes eran, en aquel tiempo, los "viejos". Recuerdo que pasaban los días en la plaza y alrededores, bajo los soportales del Ayuntamiento en animada charla, en la taberna del tío Margarit, del tío Juanito, rememorando años mozos, comentando sucesos de juventud, evocando años de buena cosecha, soñando que un día, ellos también habían soñado. Los recuerdo como entonces, el tío Garbana, el tío Peralea, el tío Vitoriano, el tío Periquillo, el tío Pláticas y sus "famosas" caparras...
Los niños nos sentábamos junto a ellos mirando con los ojos inmensos, descubriendo que, además de Cadalso, había otros mundos, otros paisajes; que había algo que se llamaba mar, que los hombres, vestidos de uniforme y correajes, iban a hacer el Servicio, y que lo contaban con orgullo e, incluso, probablemente por los años perdidos en el camino, con nostalgia.
Todos, invariablemente, llevaban el pantalón muy alto, sujeto por un cinto que, rebelde, campaba a sus anchas, sin ceñirse al sendero que le marcaba el sastre, posiblemente el señor Julio; ¿os acordáis...?, gallego, elegante, canoso y educado, muy educado, fiel cada mes de junio, preconizando las Fiestas, a tomar medidas para lucir de gala el día de la "Función".
De vez en cuando se dirigían a nosotros plenos de autoridad, como mandaban los tiempos, para encargarnos tabaco que, sin problemas, nos daban en el estanco (Celtas, Caldo, Peninsulares, Picadura...) para satisfacción nuestra, orgullosos de haber sido útiles a nuestros mayores, y de que ellos nos mostrasen su confianza. Ah, cómo han cambiado los tiempos...

En verano, la televisión, que entonces estaba iniciándose, solía retransmitir por las tardes alguna corrida de toros; eran los tiempos de El Cordobés, Palomo Linares, El Viti, etc, toreros notables y, sobretodo, muy populares, capaces de alterar por completo la pacífica vida de un pueblo de entonces. Las mañanas, de por sí muy mañañeras, aprovechando el rocío y fresco del amanecer, se cubrían con el manto de la noche para, al menos en el reloj , prolongar las horas, adelantar faena y, a mediodía, felices y satisfechos por el deber cumplido, a casa, a comer para, luego, sin trampas, sentirnos en Las Ventas, La Maestranza, El Bibío..., aunque fuese en blanco y negro, tamaño reducido, en casa Quinito o en el casino de Celes, daba igual, idéntica era la expectación, los silencios, iguales, los "run runes" de emoción y, cómo no, hasta el jolgorio,las sonrisas,los pañuelos, y la conmoción.

Pequeños retazos de un Cadalso "años sesenta" que hoy, nostálgico de mí, he querido revivir y compartir, a modo de "diván", en el desván de mis recuerdos.



Un Saludo
Marconi

2 comentarios:

  1. Y las boinas, Balta, las que creíamos sempiternas boinas.

    ResponderEliminar
  2. Que comentario mas bonito de Cadalso,esto lo hemos vivido,con mucho cariño,y a mi me emociona y me gusta recordarlo,el señor Julio era casi del pueblo,todos le conociamos,en mi casa siempre hacia algo a mi padre y a mi hermano.Y de la foto,¡que voy a decir! no tiene desperdicio,es maravillosa...¡cuantas personalidades!muchas gracias por traernos estos recuerdos.Un saludo Juany desde Alicante

    ResponderEliminar