miércoles, 16 de noviembre de 2016

¡Toma castaña !...


El otoño es la época de las castañas, un fruto algo olvidado de nuestra mesa pero que arrastra siglos de historia o tradiciones  y estaba antaño considerada una joya de alimento...
La castaña es un alimento que ha perdido protagonismo en nuestra dieta al paso de los siglos. Antes de la llegada de la patata de América en las zonas de mayor producción –Galicia, Castilla-León y Extremadura- era una alimento básico, reparador de muchas hambrunas. 
 
Hoy, en España, ha quedado como un producto muy estacional –otoño e invierno- circunscrito a postres y purés para acompañar volatería y caza. Hoy el castaño tiene más interés económico como madera que como fruto.

Pero los castaños y las castañas permanecen el acervo colectivo ligados a celebraciones populares que por la estacionalidad de la castaña coinciden con las celebraciones de difuntos (noviembre). Fiestas populares como el magosto en Galicia que se celebra entre el 1 y el 11 de noviembre. Además de castañas asadas, no debe faltar el vino nuevo de la cosecha y los chorizos. Es costumbre encender hogueras para asar las castañas y posteriormente saltar sobre el fuego para tener suerte. La castañada es una fiesta popular que se celebra después de la recogida de esta fruta -sobre todo en Aragón, Cataluña y Valencia-  y en muchas otras regiones durante el mes de noviembre, el día de Todos los Santos.
Algunos historiadores han señalado que la llegada de los castaños a la península ibérica hay que agradecérsela al Imperio Romano, la afición de los romanos por este fruto originario de Italia, les llevó a extender esta especie por todo el Imperio. Sin embargo las investigaciones realizadas han señalado que ya existía con anterioridad habiéndose encontrado polen y restos de carbón de castaño muy anteriores a la conquista romana.

  Los mayores castañares ser encuentran en Galicia, Castilla-León, Extremadura y Cataluña. Hay alguno famoso y muy visitado como el Castañar de El Tiemblo en Ávila.(yo añadiría también Casillas) La producción española asciende a 18.000 toneladas, de las que se exportan unas 5.000, aunque el volumen ba bajando progresivamente. Las castañas españolas son muy apreciadas en el norte de Europa, Iberoamérica y Estados Unidos...
Una de las peculiaridades de la castaña, que no todo el mundo conoce, es que a pesar de ser un fruto seco, sus propiedades nutritivas son más parecidas a las de un cereal.

Por lo tanto, la cantidad de grasa que tiene en su composición es notablemente inferior. Así, podemos decir que se trata de uno de los frutos secos con menos calorías (unas 190 calorías por cada 100 gramos de producto comestible). En toda su composición también encontramos vitaminas (A, B y E) y sales minerales.

Hasta no hace mucho era habitual en las ciudades y pueblos españoles la figura de la castañera, que asaba castañas en un  hornillo en plena calle y en pleno invierno (en Madrid se mantiene la tradición)



Consistía en un saludable tentempié y algo de calefacción local en manos y bolsillos…
-------------------------------------------

No hay comentarios:

Publicar un comentario