Un madroño en apuros
El árbol de la plaza de la Lealtad, el mayor de Madrid, crece demasiado y necesita 'muletas'
El madroño más señero de Madrid está en apuros. Crece en la pradera que circunda la plaza de la Lealtad, frente al hotel Ritz. Ocupa un lugar destacado en el perímetro del panteón cívico, al Obelisco de granito rojo, erigido en 1840 en memoria de los héroes de la defensa popular de Madrid contra la invasión militar francesa de 1808.
El madroño, un enorme arbusto, está a punto de cumplir un siglo y goza de buena salud. Quizá demasiada: el excesivo crecimiento de sus ramas amenaza con derribarlo. Ya es casi más ancho que alto y su copa abarca unos cinco metros por otros siete de altura. En su día lo sustentaban dos grandes troncos, pero uno de ellos fue tajado y ahora exhibe su tocón impregnado de una sustancia selladora negra.
El tronco restante ha ido generando hasta siete gruesas ramas, divididas a su vez en múltiples y retorcidos retoños, cuyo peso puede llegar a derrumbar el árbol. Para impedirlo, al madroño le fueron instaladas tres grandes horcas de hierro que sujetan su ramaje. Pero, pese a las muletas, su deriva en busca del sol inclina su tronco y lo escora cada día un poco más. Parques y Jardines no le quita ojo de encima.
Con el del Parterre de Aranjuez, de 13 metros de alto y otros tantos de copa; el del Cerro Majuelito, de Cadalso de los Vidrios, y el del valle del Oso, en San Martín de Valdeiglesias, el madroño de la plaza de la Lealtad es uno de los mayores de la Comunidad, el más importante de la ciudad y, presumiblemente, también el más grande. Sólo encuentra parangón en algunos ejemplares aislados del noroeste de la Casa de Campo.
El madroño es un árbol de una especie similar a la del brezo; su madera fue empleada por los romanos para fundir plata. En la lengua de los mozárabes, el madroño era denominado mudruny, según afirman varios expertos en una monografía recién publicada por la editorial Ex Libris, que insinúan que el nombre de Madrid derivaría de esa voz. El madroño figura en el escudo de la Villa desde la segunda mitad del siglo XVI. En torno a 1504, Europa sufrió un fenómeno similar a una pequeña glaciación que diezmó esta especie arbustiva, como muestran estudios dendrocronológicos, sobre las edades de los árboles, cuyos anillos troncales cuentan y analizan.
El fruto del madroño es rugoso, de color anaranjado y está lleno de semillas. Puede provocar intoxicación etílica. Tal vez por ello, en Asturias se le llama borrachinal, y a su denominación botánica, Arbutus, se añade la palabra unedo, 'sólo uno', que alerta sobre su ingesta múltiple. La tradición afirma que el madroño tiene la propiedad de curar hinchazones malignas. Por ello los osos, que suelen padecer inflamaciones oculares, comerían su fruto.Tal interpretación explicaría la imagen rampante que el escudo del municipio muestra.
El árbol de la plaza de la Lealtad, el mayor de Madrid, crece demasiado y necesita 'muletas'
El madroño más señero de Madrid está en apuros. Crece en la pradera que circunda la plaza de la Lealtad, frente al hotel Ritz. Ocupa un lugar destacado en el perímetro del panteón cívico, al Obelisco de granito rojo, erigido en 1840 en memoria de los héroes de la defensa popular de Madrid contra la invasión militar francesa de 1808.
El madroño, un enorme arbusto, está a punto de cumplir un siglo y goza de buena salud. Quizá demasiada: el excesivo crecimiento de sus ramas amenaza con derribarlo. Ya es casi más ancho que alto y su copa abarca unos cinco metros por otros siete de altura. En su día lo sustentaban dos grandes troncos, pero uno de ellos fue tajado y ahora exhibe su tocón impregnado de una sustancia selladora negra.
El tronco restante ha ido generando hasta siete gruesas ramas, divididas a su vez en múltiples y retorcidos retoños, cuyo peso puede llegar a derrumbar el árbol. Para impedirlo, al madroño le fueron instaladas tres grandes horcas de hierro que sujetan su ramaje. Pero, pese a las muletas, su deriva en busca del sol inclina su tronco y lo escora cada día un poco más. Parques y Jardines no le quita ojo de encima.
Con el del Parterre de Aranjuez, de 13 metros de alto y otros tantos de copa; el del Cerro Majuelito, de Cadalso de los Vidrios, y el del valle del Oso, en San Martín de Valdeiglesias, el madroño de la plaza de la Lealtad es uno de los mayores de la Comunidad, el más importante de la ciudad y, presumiblemente, también el más grande. Sólo encuentra parangón en algunos ejemplares aislados del noroeste de la Casa de Campo.
El madroño es un árbol de una especie similar a la del brezo; su madera fue empleada por los romanos para fundir plata. En la lengua de los mozárabes, el madroño era denominado mudruny, según afirman varios expertos en una monografía recién publicada por la editorial Ex Libris, que insinúan que el nombre de Madrid derivaría de esa voz. El madroño figura en el escudo de la Villa desde la segunda mitad del siglo XVI. En torno a 1504, Europa sufrió un fenómeno similar a una pequeña glaciación que diezmó esta especie arbustiva, como muestran estudios dendrocronológicos, sobre las edades de los árboles, cuyos anillos troncales cuentan y analizan.
El fruto del madroño es rugoso, de color anaranjado y está lleno de semillas. Puede provocar intoxicación etílica. Tal vez por ello, en Asturias se le llama borrachinal, y a su denominación botánica, Arbutus, se añade la palabra unedo, 'sólo uno', que alerta sobre su ingesta múltiple. La tradición afirma que el madroño tiene la propiedad de curar hinchazones malignas. Por ello los osos, que suelen padecer inflamaciones oculares, comerían su fruto.Tal interpretación explicaría la imagen rampante que el escudo del municipio muestra.
¿ sabíais que el arlbol del madroño tiene la flor y el fruto a la vez ?
foto del licor madroño: www.manbos.com
articulo recogido de :
www.elpais.com/articulo/madrid/madrono/apuros
www.elpais.com/articulo/madrid/madrono/apuros
wow comooo es esoq raro :)
ResponderEliminaryo vivo en cadalso de los vidrios en la calle juan belmonte y voy a comprar chicles al quiosco de jose
ResponderEliminar