Con el título de los últimos Cristos de Cadalso voy a informaros sobre la esistencia de estos artilugios de la época árabe supongo que aún quedan funcionando en nuestro pueblo.......
como veréis en estas fotos se trata de los llamados "Cristos" para sacar agua de las pozas de riego.....
estos se encuentran en nuestra sierra , son dos y están separados a unos cien metros el uno del otro....
este es propiedad de nuestro amigo Celillo " el musulmán" que he podido fotografiar esta mañana con su permiso saltando al huerto....
el otro se ve señalado con una flecha en rojo muy cerca del primero,,,,están los dos en buen uso y aún recuerdo varios en mi época de niño que se utilizaban en las pesqueras y pozas de Tórtolas y en el Molinillo y La Nava, desconozco si existen más funcionando, en cualquier caso aquí queda el tesnimonio en fotos de un gran compañero de trabajo de nuestros hortelanos de Cadalso que se merecen junto con estos cristos su pequeño homenaje.....
que inventos señor...que inventos.... es muy interesante que existan aún estos artilugios para reconocimiento por nuestras generaciones venideras..
por cierto os fijáis en las fotos que cielos tenemos en Cadalso..son únicos
o eso me parece a mí....
Va por vosotros Cristos.....¡
Esos cielos tú los supiste plasmar maravillosamente en tu vaca cadalseña. Fué lo primero que llamó mi atención nada más verla en Felipe II, ¿recuerdas? Además ese cielo es fundamentalmente característico de este mes nuestro, septiembre. Y hay que estar muy atento porque no siempre aparece. Un atisbo de ese cielo (o anuncio del mismo) pude observarlo por primera vez este año el 24 de agosto, subiendo Tórtolas con mi bici, sobre las 14,00h. más o menos. Si te fijas las primeras camisas de la Peña Muñana tenían un azul muy parecido a ese azul celeste del cielo cadalseño. Yo conservo la mía. Este año cumplirá 34 Cristos azules... y blancos.
ResponderEliminarMi padre tenía un "Cristo" con el que regaba nuestro huerto que está en "la Vía de Tórtolas", pasados los "Cantos de la Horca", a unos 300 metros. Le recuerdo las tardes de verano intruduciendo el cubo en la pesquera y sacándolo rápido lleno de agua, con maestria envidiable y sincronización perfecta. El extremo del "cigüeño" (palo largo) por donde lo agarraba estaba suave por el roce de sus grandes y a la vez acariciadoras manos. Todas las labores del campo las hacía con armonía, con ternura, con un cariño infinito. Llamaba mi atención todo ese proceso mientras yo jugaba cerca de él a retener el agua en pequeñas presas... A veces me le quedaba mirando absorto, extrañado de que un hombre tan grande hiciera las cosas del campo con tanto cuidado, mimo y delicadeza. Una tarde reclamó mi atención llevándose el dedo índice a la boca en señal de silencio. Se metió sigiloso en el arroyo con las manos tensas, como si sujetara algo entre ellas, se inclinó lentamente mirando fijamente el agua. De pronto sumergió sus manos y en milésimas de segundo sacó un barbo enorme que depositó sobre el césped. Yo intenté atraparlo pero se me escurría entre mis manos infantiles una y otra vez. Con gran sorpresa por mi parte él lo sujeto a la primera y me dijo: "Esta noche que se lo coma tu madre". Cuando regresábamos a casa montados sobre las borricas yo no pude resistir mirarle con admiración. No se lo dije entonces, por eso ahora lo pongo aquí para que todos lo sepan... Melancolía en septiembre cantaba la canción. Yo también la siento cuando llega este mes porque uno de sus días, el mismo, era el santo y el cumpleaños de mi abuelo, de mi padre y mío... Pasa todo tan rápido que tengo la impresión de que no me dio tiempo a quererles como a mi me gusta, despacio y en silencio. Gracias Carlos por tu "Cristo", por tu azul y por nuestro pueblo.
Miguel.
Entre tú, Carlos, con tos recuerdos sacados al blog y tú Miguel con los tuyos plasmados con un gusto maravilloso, hacéis que los míos hagan humedecer mis ojos.
ResponderEliminarRecuerdo un cigüeño en la la viña de los Cantos de la Horca que sacaba el agua del arroyo para regar junto con la poza que formaba la fuente cercana a la carretera, en la huerta de la carretera del Pilar se utilizaba otro, hasta que fue sustituido por un motor que tengo en la mente y que desapareció al derribar la casa de la calle de la iglesia. Con 14 o 15 años intenté construir un kart con él, pesaba tanto que cualquier cosa que me inventaba para sujetarlo reventaba.
Gracias por los recuerdos.
Este es un espacio precioso!! Enhorabuena
ResponderEliminarMiguel, gracias por dejarme ver la grandeza de tu amor, tu ternura, y tu belleza
Un Abrazo
Gloria