Otoño en Madrid....
imagino que con una cámara como ésta o más precaria aún se hicieron buenas fotos en su día....
pero fijaros que fotos mas impresionantes y sencillas
del autor :Nacho Arcos titulada "Hoja roja"
dedicadas al otoño en Madrid....
en el mejor de los sitios para vivir esta estación....
el parque del Retiro.....
y aquí os paso un extracto del escrito dedicado al Otoño en Madrid ..
por Antonio Muñoz Molina
Luz de octubre
La obra maestra de la temporada de otoño en Madrid es el otoño en sí mismo. La luz dorada que roza con tanta delicadeza las cosas, el rubio de las últimas uvas, el rojo de vino de la parra virgen, el oro de los membrillos que doblan las ramas demasiado cargadas. Los mirlos vienen al jardín a comerse las últimas uvas, densas de azúcares, como la pulpa roja de los últimos higos, que picotean los gorriones. En el mercado distingo desde lejos la esfera cubista y la corteza rojiza de las granadas, que deberían comerse por razones estéticas si no bastara con el sabor del jugo que inunda al mismo tiempo el paladar y la memoria. Un bodegón de membrillos recién caídos del árbol difunde por la casa el perfume de octubre, que es también el de las manzanas nuevas. En el Retiro las copas de los castaños empiezan a adquirir un color de herrumbre. En el paseo de Recoletos aparecen de nuevo los libros de ocasión tan puntualmente como las alcachofas, las granadas y los membrillos en los puestos del mercado. El otoño en Madrid es una estación civilizada, en la que uno puede imaginarse que vive en un país menos insensato, un país más habitable que otros, en el que la gente común sabe disfrutar sin meterse con nadie de algunos de los placeres fundamentales de la vida. El de ir al mercado, el de pasearse entre puestos de libros de segunda mano sin mucha prisa y sin buscar nada en particular, el de salir una mañana de domingo a disfrutar del sol de octubre y visitar tranquilamente una exposición, y tal vez luego tomarse una caña con un aperitivo para reponer fuerzas.
La obra maestra de la temporada de otoño en Madrid es el otoño en sí mismo. La luz dorada que roza con tanta delicadeza las cosas, el rubio de las últimas uvas, el rojo de vino de la parra virgen, el oro de los membrillos que doblan las ramas demasiado cargadas. Los mirlos vienen al jardín a comerse las últimas uvas, densas de azúcares, como la pulpa roja de los últimos higos, que picotean los gorriones. En el mercado distingo desde lejos la esfera cubista y la corteza rojiza de las granadas, que deberían comerse por razones estéticas si no bastara con el sabor del jugo que inunda al mismo tiempo el paladar y la memoria. Un bodegón de membrillos recién caídos del árbol difunde por la casa el perfume de octubre, que es también el de las manzanas nuevas. En el Retiro las copas de los castaños empiezan a adquirir un color de herrumbre. En el paseo de Recoletos aparecen de nuevo los libros de ocasión tan puntualmente como las alcachofas, las granadas y los membrillos en los puestos del mercado. El otoño en Madrid es una estación civilizada, en la que uno puede imaginarse que vive en un país menos insensato, un país más habitable que otros, en el que la gente común sabe disfrutar sin meterse con nadie de algunos de los placeres fundamentales de la vida. El de ir al mercado, el de pasearse entre puestos de libros de segunda mano sin mucha prisa y sin buscar nada en particular, el de salir una mañana de domingo a disfrutar del sol de octubre y visitar tranquilamente una exposición, y tal vez luego tomarse una caña con un aperitivo para reponer fuerzas.
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Feliz Otoño a todos........¡
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