Son buenas gentes que viven, laboran, pasan y sueñan...., de esos tenemos alguno en Cadalso....
Este poema es un elogio a lo cotidiano, a la gente sencilla, que pasa desapercibida y por quienes pasa el tiempo rápidamente, sin dejar huella, hasta la muerte.
He andado muchos caminos,
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares,
y atracado en cien riberas.
En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra,
y pedantones al paño que miran,
callan, y piensan que saben,
porque no beben
el vino de las tabernas.
Mala gente que camina
y va apestando la tierra...
y va apestando la tierra...
Nunca, si llegan a un sitio,
preguntan adónde llegan.
Cuando caminan,
cabalgan a lomos de mula vieja,
y no conocen la prisa
ni aun en los días de fiesta.
Donde hay vino beben vino,
donde no hay vino,agua fresca.
Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos,
descansan bajo la tierra.
Es algo extraño, ya que en el modernismo, movimiento al que pertenece Machado, se intentaba hallar la belleza lejos de la realidad cotidiana. El contraste de gente buena, gente mala, etc. podría ser un anticipo de la preocupación social de Machado. Además de elogiar lo cotidiano, Machado hace una dura crítica a todos aquellos que se creen mejores que la gente sencilla por no hacer lo que ellos consideran vulgar, y que la gente normal sí hace, como ir a la taberna:
“En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra
y pedantones al paño que miran,
callan, y piensan que saben,
porque no beben
el vino de las tabernas”
A estas personas les llegan a insultar fuertemente: “Mala gente que camina y va apestando la tierra...” Aparece el tema de la vida como camino: “He andado muchos caminos”, así como el de la muerte, cosa común casi siempre en los poemas de Machado: “(…) y en un día como tantos, descansan bajo la tierra”.
(recogido de Soledades de A. Machado.)
Va por las buenas gentes de Cadalso que pasan el día a día sin sentirles y casi no dejan huella.....¡
El gran Machado, siempre perfecto. Pero, ¿esas gentes no dejan huella? Una extensión de tierra que ha sido labrada y convertida en viña o en huerto, ¿no es dejar huella? Un criadero de pollos o de vacas o de cerdos, reproduciéndose una y otra vez, ¿no es dejar huella? Esa es la gente que deja una huella real en el planeta. ¿Qué huella deja un oficinista? ¿Un economista que todos los días se encierra en un edificio hermético? ¿Qué huella deja la gente de la ciudad? Ninguna huella o mala huella.
ResponderEliminarEl mundo es del campesino. Quien esté en contacto con la tierra, será quien sobreviva de ahora en adelante. El hombre de ciudad está condenado a la extinción. Lo veremos.
Echemos un vistazo a la vida en la ciudad. ¿Quién es el simple, el ignorante, el infeliz?
Un saludo,
Arturo Chopahue