Un Gran Médico tuvo la suerte de tener Cadalso durante muchos años.......
Llego en el 1933, pasó la guerra con nosotros, estubo hasta el 1978 fecha en la que se jubilo y solo disfruto unos meses su jubilación ...pues falleció en 1979 sin disfrutar un solo año completo su merecido descanso..., muy bruto en el buen sentido de la palabra, pero un profesional tan grande como la copa de un pino.....
Llego en el 1933, pasó la guerra con nosotros, estubo hasta el 1978 fecha en la que se jubilo y solo disfruto unos meses su jubilación ...pues falleció en 1979 sin disfrutar un solo año completo su merecido descanso..., muy bruto en el buen sentido de la palabra, pero un profesional tan grande como la copa de un pino.....
nos conocía a todos por la familia a la que pertenecíamos, con lo cual sabía en todo momento si no teníamos tensión o héramos hipertensos.....
esta fotografía es de recién terminada la carrera de Medicina, antes de venir a Cadalso...
y este es su inseparable PTV o tómbola como le llamábamos todos en el pueblo, porque como el coche se veía tan pequeño decíamos que le habría tocado en una tómbola.....
siempre aparcado en frente del "Cine del tío Caro " (Aquilino) donde no se perdía una sesión aunque fuese muda, en blanco y negro o color..... siempre estaba aparcado cuando tenía el cine abierto...¡ razón por la cual nos dedicábamos los muchachos de la época a montarnos en el descapotable de lujo y soltarnos por la cuesta del cuartel hasta el cruce de la gasolinera, porque no podíamos girar el volante al estar bloqueado...
Y lo que poca gente conoce, es que mi padre Luis junto con su amigo Paco Villa el cerrajero, hicieron del chasis de este PTV osea la tómbola, lo que hoy es la carroza del Cristo del Humilladero, con su caja de cambios y freno de mano incluidas....
Que tiempos aquellos señor, que tiempos......¡
esta fotografía es de recién terminada la carrera de Medicina, antes de venir a Cadalso...
aquí le tenéis recibiendo un merecido homenaje por parte de Isidoro y su esposa Martina además de otros asistentes al acto en casa Cañardo....
y este es su inseparable PTV o tómbola como le llamábamos todos en el pueblo, porque como el coche se veía tan pequeño decíamos que le habría tocado en una tómbola.....
siempre aparcado en frente del "Cine del tío Caro " (Aquilino) donde no se perdía una sesión aunque fuese muda, en blanco y negro o color..... siempre estaba aparcado cuando tenía el cine abierto...¡ razón por la cual nos dedicábamos los muchachos de la época a montarnos en el descapotable de lujo y soltarnos por la cuesta del cuartel hasta el cruce de la gasolinera, porque no podíamos girar el volante al estar bloqueado...
Y lo que poca gente conoce, es que mi padre Luis junto con su amigo Paco Villa el cerrajero, hicieron del chasis de este PTV osea la tómbola, lo que hoy es la carroza del Cristo del Humilladero, con su caja de cambios y freno de mano incluidas....
Que tiempos aquellos señor, que tiempos......¡
gracias a Jose Luis Menendez (Pepe Luis) hijo del mencionado Don Alejandro ha sido posible este reportaje...
Va por tí Don Alejandro.....¡
Va por tí Don Alejandro.....¡
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Escrito de Baltasar Villarin Conde en el 2008:
-->Sería por mis cuatro o cinco años cuando empezé a tener conciencia de que existía, y no precisamente por su profesión, sino que fue un asunto de " Fuenteovejuna todos...", fruto de los tiempos que corrían, carentes de " novedades en el pueblo", semejanza de unos días con otros, y ello unido a la popularidad local del personaje, su "proximidad" con sus pacientes y su naturalidad y descreimiento. Un día cualquiera el bueno de Don Alejandro, que así se llamaba nuestro héroe, apareció por el pueblo "Guiando" un flamante coche, de un rojo precioso, descapotable, pero...diminuto: " el coche de la Tómbola", se le ocurrió a alguien, como buen cadalseño, experto en la ironía y el oficio de apodar. Aquel acontecimiento, comidilla general casi todo un verano, supuso, para mí, tomar conciencia de que en Cadalso teniamos médico, que se llamaba Alejandro con el Don delante, por supuesto y, sobretodo, que era el dueño de "el coche de la Tómbola", ese que, a su paso, levantaba expectación, generaba sonrisas sarcásticas y, en el fondo, sana envídia. Don Alejandro fue médico de vocación y, me atrevería a decir, de devoción. Siempre al pie del cañón, noche y día, laborable o festivo, Nochebuena o el Cristo, a él le daba igual, estaba dispuesto para actuar. Visitaba en el domicilio cada día sin fallar y, si las circustancias lo aconsejaban, por la tarde, hala, vuelta a empezar. Con tanto trajín, como podéis imaginar, a su presencia se sumó la de ese coche tan "especial", con lo que su popularidad no se hizo esperar. Al bueno de Don Alejandro, tanta sorna, la verdad, le llegaba a enfadar, aunque, profesional como la copa de un pino, para sí quedaban sus malhumores. En mi casa supimos mucho de su oficio y entrega, pues mi madre, la pobre, cada dos por tres y, cada tres por dos, padecía de cólicos que, con el tiempo, supe que eran biliares, casi siempre de madrugada y dolorosísimos, que necesitaban de la ciencia de nuestro galeno. Fueron muchas las veces, muchas las madrugadas, algunas incluso de las sonadas(Nochebuena, Nochevieja...); JAMÁS vi una mala cara, un mal tono de voz, al contrario, llegaba raudo y veloz, hacía su diagnóstico y aplicaba, él mismo, el tratamiento, intravenoso en muchas ocasiones, y,feliz por el trabajo bien hecho y el deber cumplido, volvía sobre sus pasos en busca del merecido descanso,...si podía. Su consulta, uno de mis iconos de infancia, situada en la hoy llamada, como no podría ser de otra manera,Avda del Dr. Menendez Nº 1, permanece intacta en mi memoria; era lúgubre, espaciosa, con puertas misteriosas, escalera al frente, una mesa en el centro repleta de periódicos y revistas, algunas de ellas...!médicas!, muchas sillas verdes, metálicas y frías, muy frías, como toda la estancia, ¿sería el frío de la inquietud, del miedo?...probablemente, y al fondo, a la izquierda, tras una sólida puerta de nogal, la fábrica de la salud, primero un despacho, con sus estanterías de libros mágicos: Anatomía, Farmacología, Medicina Interna, ¿qué será Medicina Interna?, Pediatría...uf...que follón, y un cuadro, sí, un cuadro repleto de caras juveniles, ilusionadas y responsables, andá, si está Don Alejandro, !qué joven está!...la Orla de su promoción y, a continuación, una sala amplia, luminosa, inmaculada, blanca, la sala de ¿torturas?... no, en absoluto, de CURAS: escayolas, vendajes, suturas... en fín, el camino hacia la vida. Todo ello, sin darme cuenta, fue calando en mí y, al cabo de unos años, quise ser como ese HÉROE anónimo(víctima de su pasión, murió al año de jubilarse, de un cáncer de pulmón, sin haber fumado un pitillo en su vida, secuela, probablemente, de las radiaciones que recibía cuando, dejándose algo más que los ojos, quería ver la lesión). Me matriculé, ilusionado, en Medicina, pero, las circustancias, el destino o,probablemente, la falta de ambición, me dejaron a mitad de camino, donde estoy, aunque, humíldemente, en lo que a entrega se refiere, no me queda ningúna lección. Gracias Don Alejandro: por el esfuerzo, por la entrega, por el ejemplo, la vocación, y el amor a la medicina y a los enfermos. Con admiración le recuerdo y deseo que esté donde merece, para los que somos creyentes: en el Cielo. Gracias de corazón. -->
Recogido del foro de Cadalso con fecha , Marzo 2008.....
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQuerido Carlos.
ResponderEliminarLeyendo tu comentario, y leyendo las gratitudes que haces a un equipo de profesionales de aquella época, caerías en un error muy grave si no modificas el escrito y haces mención a nuestra querida y formante de ese equipo Sª Mauricia. Un saludo.
Nete
Don Alejandro era el protagonista, digamos, principal, pero, no le andaban a la zaga, y sería injusto no mencionarlos, los profesionales que conformaban, entonces, el equipo de ATENCIÓN, nunca mejor dicho, sanitaria de Cadalso en aquellos difíciles, pero entrañables, años. A saber: Don Rafael, " boticario" y "señor" en el más amplio sentido de la palabra, el Tío Lorenzo "practicante" con mucha práctica y "caracter", de voz fuerte, magisterio y plena dedicación y, por útimo, únicamente por edad, Enrique, fallecido hace, precisamente hoy, dos años, todo nervio, entrega y espíritu de servicio, bastión fundamental en los, dificiles, años posteriores a Don Alejandro, y como nó nuestra queridísima Mauricia , matrona y responsable de que muchos andemos hoy por aquí…cuando el pueblo quedó, una temporada, huerfano de médico a la antigüa usanza. Mi gratitud y emocionado recuerdo, también, para todos ellos que, con su esfuerzo, sapiencia y entrega, hicieron que los cadalseños, entonces, supiéramos de los hospitales, sólo, en casos extremos y, sobretodo, nos sintiésemos PACIENTES con nombre, apellidos y domicilio. Gracias por vuestro ejemplo, tan válido, para las siguientes generaciones de profesionales sanitarios cadalseños.
ResponderEliminarBaltasar
Cadalso no quedó huérfano de médico cuando se jubiló Don Alejandro. Durante dos años estuvo Don.Miguel un joven madrileño que se ocupó de la sanidad en Cadalso. Fué desde 1978 a 1980.
EliminarVaya nunca es tan cierto el dicho de que cada cual cuenta la feria segun le va.Yo les quiero contar la mia y es que a Don Alejandro sólo le debo una enfermedad crónica debida en parte a su simpatica brutalidad de la que ustedes hacen gala.En fin fué hace muchos años y la verdad es que ya no le guardo rencor pero me parecía de justicia el hacer de abogado del diablo en este caso por que un escultor no realiza su obra añadiendo sino quitando lo que sobra de todos modos quiero felicitar a Carlos por su magnifico blog. Mi intención no es ofender a nadie repito que yo he perdonado.
ResponderEliminarRectificar es de ley y por eso haciendome eco de vuestros comentarios he tenido a bien añadir a nuestra querida Mauricia en el conjunto de profesionales que nos atendían con acierto o no en el tema de salud....
ResponderEliminarpor cierto agradezco el último comentario anónimo
haciendo de abogado del diablo y le recuerdo que no ofende sino todo lo contrario y gracias por su felicitación .
Yo nací en Cadalso, entonces nuestras madres no iban al hospital a parir, mi madre siempre me cuenta que le debo la vida a D. Alejandro, (me imagino que también algo a Mauricia) que nací practicamente muerta, y que gracias a él ahora estoy aquí para contároslo. También me cuenta mi padre que mi abuelo y él eran de Escarabajosa y que los dos eran igual de nobles y de brutos...
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