jueves, 11 de marzo de 2010

Un día cualquiera..

Un día cualquiera en la vida de nuestro amigo Felipe Cartas....


LA VIDA ES SUEÑO
Una luz mortecina ilumina mis pupilas. El nuevo día, desde el cobijo de mi cama, se presenta como una invitación a la pausa, al devaneo infantil con las suaves sábanas. La ventana, mi conexión con el mundo real, se muestra majestuosa y provocativa, como una sirena entonando un canto fatídico de amor.-“Vaya día”, pienso. “Debe hacer un frío de la leche”.Cierro los ojos de nuevo. Siento el calor del placer que me proporciona el abrazo de Mórfeo.

Sueño.-
“Vamos Toño”. Animo a mi perruno amigo.
Una fina capa de nieve se interpone delante de mi vista, tiñendo de un aire misterioso e intrigante todo lo que veo. El suelo está alfombrado por un manto blanco que desafía la simple realidad. No hay volúmenes, ni dimensiones. Diríase que estuviéramos en una llanura, como la que atravesara Don Quijote en sus andanzas. Solo los hijos de la tierra me permiten saborear la inmensidad de la distancia.
Árboles erguidos, imponentes, orgullosos de saber convivir y dominar a la naturaleza. Almendros, encinas, higueras, pinos, enebros, olivos, castaños,…imponen su silueta como prueba de fuerza. Sus ramas, acunan con gracilidad trozos de nube, sopesándolos, soportando con firmeza los frutos del cielo.Cantueso, tomillo, romero, jara, retama, vides,… hermanos menores, me muestran el camino, indeciso, incierto, ambigüo. Todo se funde y se vuelve cierto a la vez, animándome a descubrir, a violar el níveo manto que se ofrece a mis pies.


Solo mis pisadas y el leve aletear de un gorrión inundan de sonido la frágil estampa. Un viento ligero me susurra delicados cuentos de bosques encantados que conceden deseos añorados. Y la ilusión de lo inalcanzable me acerca, paso a paso, esfuerzo a esfuerzo, al regazo de la montaña.La piedra surge y se yergue imponente. Amenaza incierta, pendón de la naturaleza que muestra el poder inmenso de la madre tierra. Energía, pirámide de vida que protege, cobija y amamanta a sus hijos. Musgos preñados de agua, que se afanan en confraternizar con sus pétreos amigos. Astados líquenes que adornan pomposos a todo el que le preste sustento.


En un instante, una ventana al cielo, deja atravesar un rayo de luz que ilumina y baña con su luz el espectacular cuadro. Paleta mágica de grises, blancos, verdes, sombras y contraluces que te embarga y reconforta. Como si de un sagrado monumento se tratara, la Peña Muñana se hace notar, embriagándome con su belleza. Escondida tras el manto de fina nieve, su silueta me acerca a los Alpes o más allá, al Himalaya. Su cumbre se me antoja cercana, accesible, a pesar de su altitud y extrema dificultad.
“Es el momento.
Hoy haré cumbre.”-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡EEEhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!.
Si,,,,,,no……“Joder con el teléfono, vaya mie…,
que susto me ha dado”.
Total, para nada.
Me levanto de la cama y veo a través de la ventana que esta noche ha nevado. Todo está precioso.
Después de desayunar, pienso, me voy a ir a dar un paseo con el perro.
Seguro que merece la pena congelar unos instantes de vida, un trozo de mi vida.
Salud

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