viernes, 19 de junio de 2009

mando una pequeña reflexión hecha en nuestro pueblo a la luz de la luna.



¿Ser o no ser , esa es la cuestión?

Fue difícil ordenar lo sentimientos en ese momento. Por un instante me sentí abrumado por la respuesta dada.
“Soy de Cadalso de los Vidrios”, afirmé con solemnidad.
A veces es complicado contestar una pregunta tan sencilla: ¿De dónde eres?.
Cuando tenemos la necesidad de identificarnos con algo o alguien, enseguida recurrimos a nuestro lugar de nacimiento. Es una forma de sentirnos algo más que una simple persona. Pertenecemos a un lugar, a un colectivo de individuos que comparten valores, lugares y vivencias muy próximas. Ser de un pueblo se convierte así, en una marca de fábrica, en una garantía de no se sabe qué. Nos apoya y nos ayuda. Nos consuela y nos castiga. Se convierte en un título de pertenencia, de compromiso y de amor hacia un lugar y unas gentes, marcado a fuego sobre tu corazón.
Yo nací en Aranjuez. Allí crecí y para bien o para mal, puse los cimientos de mi forma de ser, de mi carácter. ¿Quizás por eso, “soy de Aranjuez”?.
Más tarde, la inquietud por encontrar otras formas de entender la convivencia, me llevaron a Madrid. Entonces escuché por primera vez: “No es de aquí”.
Fue ya mucho más difícil encontrar respuesta clara a la cuestión planteada. Había nacido en un lugar, vivía en otro y mis amigos estaban en otros.
“¿De dónde eres?”, me preguntaba con cierta asiduidad.
Cuando eres estudiante, siempre se está de paso, así que está cuestión es más banal. Lo complicado viene cuando decides vivir en ese sitio diferente al que naciste, cuando formas una familia, desarrollas un proyecto de vida y pones toda tu voluntad en el empeño de pertenecer a ese nuevo grupo de personas que tienen formas y principios vitales bastante distintos a lo que conoces hasta ese momento.
Si te va bien, empiezas a prolongar la frase inicial con ánimo aclaratorio:
“Soy de Aranjuez, pero VIVO en Vallecas”.
El que menos se aclara es siempre el que lo dice. Tienes el corazón dividido: eres de dónde naces, pero te sientes de dónde vives. Aceptas las reglas de juego y cada día te pareces algo menos a lo que eras antes y algo más a lo que te rodea. Al cabo de 15 años, aclaras:
“Nací en Aranjuez, pero SOY de Vallecas”.
La cuestión se termina de complicar cuando la ruleta de la vida de vuelve a acercar a otros lugares, a otras gentes. Hace 21 años (toda una vida) descubrí este hermoso lugar, Cadalso de los Vidrios, y decidí que merecía la pena para intentar escribir un nuevo capítulo de mi existencia. Durante 9 años estuve entre sus gentes, su naturaleza y sus casas, los fines de semana y las vacaciones.


Desde hace 12 años comparto todos los días y noches con las personas, animales, colores y olores de esta singular tierra.
¿Soy por esto de Cadalso?. Muchos dirán que no, algunos asentirán y a otros cuántos les interesará un pimiento la cuestión. En realidad lo importante es lo que sienta cada uno.
Pero ¿qué ocurre cuándo ese título nobiliario y nacionalista que todos tenemos : “Soy de …, Mi pueblo es …”, se convierte en un elemento de exclusión o de diferenciación?. Pues que se está renunciando a la “riqueza personal” que nos aporta el “de fuera”. ¿Quizás se reprocha su origen? ¿Quizás se desaprueban sus formas? ¿Es posible que contamine de forma perniciosa los sagrados valores de un lugar?.
Yo creo que no. Muy al contrario. Solo una cortedad de miras y un temor a lo diferente nos puede convertir en nacionalistas baratos y renunciar a lo bueno que cada ser humano aporta.
He estado un tercio de mi vida en mi pueblo, otro tercio en otro más grande y otro en el nuestro.
¿De dónde soy?. De dónde nací y crecí en familia, de dónde forme mi propia familia y seguí creciendo como persona o de dónde vivo (del verbo vivir, no de habitar) y comparto mis alegrías y frustraciones. Quizás soy de aquí y soy de allá. O tal vez, no sea de ningún sitio o de todos ellos.


Quizás sea del lugar dónde están mis amigos más cercanos, del lugar donde más se alegran de mis dichas y más se compadecen de mis desdichas, del lugar dónde sientes con esperanza lo que está por venir.
Por eso VIVIR en un sitio no es solo habitar en él. Es una profunda declaración de amor a la vida, y al hecho de poder vivirla en un lugar concreto, con unas personas concretas, compartiendo vivencias, creciendo como seres humanos y apoyándonos en los maravillosos dones que nos ofrece la madre tierra.
Por eso cuándo ahora me preguntan, ¿de dónde eres?, yo contesto:
“Nací y crecí en Aranjuez, mi sentimiento es vallecano y VIVO aquí, en Cadalso de los Vidrios”.



Así que, por ahora, siento que SOY de Cadalso de los Vidrios.
Mal que le pese a algunos.
Salud


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2 comentarios:

  1. Hamlet decía:
    Ser o no ser, la alternativa es esa!
    Si es a la luz de la razón mas digno
    sufrir los golpes y punzantes dardos
    de suerte horrenda, o terminar la lucha
    en guerra contra un pielago de males.etc...,
    Yo te digo compañero que tu ahora eres ya de Cadalso....
    un abrazo Felipe...

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  2. y por si no te queda claro te diré... que La "Piñota de Oro" se concede a las gentes que destacan en alguna disciplina, ya sea Deporte, Arte, etc... y que hacen algo por su pueblo Cadalso...
    y tu ya estabas en esa lista de los Grandes Cadalseños...
    otro abrazo compañero...

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