martes, 9 de noviembre de 2010

El arte esta en la naturaleza...


La Naturaleza es una fuente inagotable de belleza y la belleza de la naturaleza es un tema recurrente en el arte: los libros que la ensalzan llenan grandes estanterías de bibliotecas y librerías. Esa cara de la naturaleza, que el arte (pintura, dibujo, fotografía, etc…) tanto ha retratado y elogiado revela la fuerza con la que asociamos naturaleza con belleza.


¿Qué es "arte"?, ¿cómo podríamos definir "naturaleza"?, ¿y cómo, después, relacionar ambas ideas?

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, arte es el "acto o facultad mediante los cuales, valiéndose de la materia, de la imagen o del sonido, imita o expresa el hombre lo material o lo inmaterial, y crea copiando o fantaseando"...

Asimismo, se define naturaleza como "conjunto, orden y disposición de todo lo que compone el universo". A partir de aquí, se podría concluir que el vínculo entre ambos conceptos consiste en que el arte, en su afán de imitar o expresar, puede llegar a copiar o fantasear la naturaleza. Sin embargo, esta explicación no es suficiente, tiene que haber algo más puesto que, en caso contrario, cualquiera podría, con un ordenador y por medio de ciertas ecuaciones, realizar una obra de arte. No hay duda, tiene que existir algo más y así lo expresa un pintor chino de época medieval: "Hay innumerables artesanos que pueden copiar todos los detalles de la forma, pero la naturaleza interna sólo puede ser comprendida por los espíritus sublimes". Hablamos, pues, de espíritus sublimes, de "locos" que, como Van Gogh, consiguen ver "expresión, e incluso alma, en toda la naturaleza".

Estos conceptos son complicados hoy en día puesto que nos hemos alejado de la naturaleza y el arte se ha convertido en un asunto estético y experimental. A esto se añade que la existencia de la realidad viene determinada por los medios de comunicación: si algo no sale por televisión, no existe. Tiempo atrás, por el contrario, la obra de arte era una continuación de la obra de la creación, ambas seguían la misma inercia. "Todo arte viene de la naturaleza, el que puede arrancarlo de ella, solamente éste, lo posee", para Durero, estos espíritus sublimes, estos artistas verdaderos son los que dan un paso más allá de la naturaleza, los que arrancan el arte de las formas naturales.

Podríamos preguntarnos qué es lo que hace pintar a un pintor o esculpir a un escultor, cuál es la magia del creador. Para Cezanne, está muy claro: "No se debe representar la naturaleza sino realizarla". Así pues, el artista debe "realizar la naturaleza" y este acto mágico sólo es posible de una manera: vinculándose con la energía que da vida a dicha naturaleza. Por tanto, la fuerza del artista es la misma fuerza que hace crecer un árbol; esta energía, este impulso es idéntico para uno y para otro. Ambos se funden con la energía del mundo, la que hace girar el universo, lo que los antiguos llamaban el "Spiritus Mundi". Es más, esta energía, este impulso es estrictamente el contenido de la naturaleza y el contenido del arte, entendiendo por contenido lo que da coherencia, cohesión, realidad, la propia vida, esa energía interior que es el contenido de las formas y sin la cual, todo se convierte en polvo....

Lo que hace que una pintura o una escultura siga viva después de 4.000 años es ese impulso interior que la anima. Sin esta fuerza mágica que le da cohesión, cualquier obra perdería su significado tras la generación en la que vio la luz.

Para Leonardo da Vinci, el pintor es el hijo de la naturaleza...; es aquél, realmente creativo, que la ha reencontrado y, tras descubrir esta energía, dota de contenido a su obra. También Rodin distinguía dos formas de ver la realidad: una primera que se queda en la apariencia externa de las cosas y otra más profunda, la del artista, que "ve, es decir, que su ojo, inserto en el corazón, lee profundamente en el seno de la naturaleza". El artista es el que tiene la capacidad de percibir más, de atravesar con la mirada la realidad accidental y ver la realidad esencial. Esta vía de la naturaleza consiste, efectivamente, en retornar al origen de las cosas, a la identidad misma de la creación.



Quizás no sea el artista quien forje la escultura, sino que es la propia naturaleza la que se deja moldear…

No hay comentarios:

Publicar un comentario