miércoles, 17 de noviembre de 2010

Mi Ángel de la guarda..(II)

encontré esta imagen que para mi es preciosa y tierna... y me recordó un artículo que publique al comienzo de este blog y que me gustaría recordar ahora para agradecer nuevamente a mi Ángel sus desvelos hacia mi persona....




En busca de los ángeles perdidos

Hermosa época aquella en que había ángeles, es decir, en que se hablaba de los ángeles como si fueran habitantes no solamente de la casa, sino de nuestras almas. Cuando por las noches esperábamos la bendición del padre o de la madre, o de ambos, parecía que estábamos en presencia de ángeles, y en verdad que ocurría de tal modo. Se nos decía que debíamos encomendarnos al Ángel de la Guarda, así lo pedíamos, y de veras nos cuidaba.

Es posible que una nota de estas, en época donde no se usan alas de plumas en la espalda de criaturas como ellas, despierte sonrisas y hasta risas. Pero eso no tiene importancia. Para mí es mucho más importante el recuerdo de mis ángeles hogareños que la incredulidad y la burla o la indiferencia ante la idea de seres espirituales por encima del hombre y que siempre andan a nuestro lado.

¿Existen los ángeles?
Por supuesto que sí...,

¿cómo son?

Ya esas preguntas están inclusive por encima de la teología absoluta. Y es que hay muchas o varias maneras de aceptar la presencia invisible, si se puede hablar así, de criaturas angelicales. Nosotros, los que creemos en esa población celeste que nos acompaña por la vida, es un gran consuelo que desde la cuna tengamos en nuestro recuerdo la aparición de unas alas blancas que nos cuidaban el sueño, personalmente Yo, doy los datos de mi Ángel en el artículo que publique el año pasado.... y cada cual que piense lo que quiera....

ENCUESTA . Estamos en tiempo de encuestas y ahora que se habla de los ángeles o que hablo de ellos, me di a la tarea de preguntar sobre su existencia. Un porcentaje bajo me dijo que no creía en los ángeles, otro porcentaje que volaba más alto, me respondió que sí creía pero no aceptaba lo de las alas en la espalda. Dijo que eran espíritus puros y que no debían andar como un avión ultraligero por este mundo loco.

También pregunté a uno de mis encuestados qué haría si se encontrara con un ángel, y me contestó que le cortaría las alas para que no se fuera nunca de su lado. Otro, con una sonrisa medio rara, repuso que se haría un buen colchón de plumas para dormir tranquilo... Muchas respuestas recibí y algunas inteligentes como esta de una buena señora: yo le preguntaría qué toma para vivir eternamente.

Y claro que no faltó el científico, el hombre práctico que quiere saber cosas de esas que se pueden tocar: yo le preguntaría, me dijo, cuál es su autonomía de vuelo.


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aquí os dejo mi anterior entrada sobre mi Ángel de la guarda:

http://cadalsovive.blogspot.com/2009/05/mi-angel-de-la-guarda.html

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