miércoles, 3 de noviembre de 2010

Una especie a extinguir... el labrador...


una especie a extinguir...


El jornalero, labrador u hombre de campo....
Otro que va a acabar pronto en el paro, tú..., vas a ser el santo de hoy, Isidro, el labrador madrileño. Ya puede la iglesia empezar a buscarle un nuevo patronazgo, si no quiere que nos olvidemos de él. Hace décadas que empezaron a fumigar, como quien dice, a los de ahí fuera, a los del campo, que ya no se llama así sino Medio Rural...con tractores, cosechadoras, invernaderos, etc...,

Cuando aún se llamaba campo, estaba lleno de vida, de agricultores, de ganaderos de hombres de campo.... Todo el mundo, en realidad, vivía en el campo, porque solo del campo se podía vivir y además el campo vivía de ellos.....estaba cuidado.

Las ciudades son un invento reciente. Lo malo es que cuando solo había campo ya existían los castillos. Y estos se revelaron pronto como el nido próspero de los primeros intermediarios.

-¿Esta porquería es la mitad de la cosecha que tenéis para entregar al señor que os protege desde el castillo?

-Es que este año, las lluvias han venido malamente, jefe.....

-¡Que le den veinte a azotes a este por hablar!

Después de los castillos llegaron las ciudades. Y los de las ciudades dijeron a los del campo:

-¡Pero qué inútiles sois para vender! Anda, dejad aquí vuestros productos y nos encargamos nosotros de venderlos y de daros una buena parte.

Y los del campo, que nunca se sentían a gusto en la ciudad, que amaban solo las músicas y la piel desnuda de la tierra, con tal de quitarse de encima el engorro de vender, hicieron caso y dejaron sus productos en manos de los “ciudadanos”.
El origen de eso es remoto. Y la cosa no ha parado de evolucionar. En la actualidad las ciudades siguen vendiendo los productos del campo,pero el campo no se llama huerto... a lo mejor se llama Carrefour o Eroski pero nadie sabe de qué campo se trata, pues los pueden traer de las antípodas, del otro lado del océano, de las más lejanas estepas, de algún oasis escondido en un desierto.

Y a los del campo más cercano, a los que aún quedan a nuestro alrededor, les dicen, meneando la cabeza, los poderosos intermediarios de la alimentación:

-¡Sois demasiado caros! Lo vuestro se consigue por una cuarta parte en medio mundo. Dedicaos a otra cosa, porque para esto no valéis…

-¿Para pasar hambre? ....Claro que valemos.... Pero no nos da la gana.....¡¡¡

Y por eso apenas van quedando agricultores, hombres de campo.... No sé cómo lo verá el patrón del gremio, San Isidro Labrador. Pero pronto la gente creerá que lo de Labrador solo es su apellido. Y que en realidad es el inventor de las corridas de toros de Las Ventas. Eso si no acaba en el paro, al desaparecer el campo propiamente dicho. Porque para el Medio Rural que existe ahora, donde en vez de campesinos hay excursionistas y algún que otro amante titulado del escarabajo pelotero, se necesita un patrón distinto y “como” más posmoderno, ¿no?


Va por vosotros agricultores.....¡

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