Espacio cedido para contra réplica...
LA TAUROMAQUIA III
Estimado Sr/a anónimo.
En primer lugar agradecerle los amables epítetos que me dedica al final de la réplica que hace a mi escrito sobre La Tauromaquia. Sinceramente creo no merecerlos, únicamente pretendo llegar a puntos de encuentros con usted y con todo aquél que tenga posturas distintas pero, a la vez, posean el suficiente respeto y educación para llegar, repito, a encontrar visiones cercanas que nos enriquezcan a todos. Del diálogo nace la comprensión hacia el contrario.
Dicho esto, señor/a anónimo, creo que muchas de las reflexiones que me hace ya las exponía yo en mi citado escrito (??es verdad -?que muchas veces- el toro que se lidia es débil y mueve a compasión por las constantes vejaciones que padece dentro -y fuera- del redondel y que una masa festiva y taurinamente ignorante -que no aberrante u oscura- parece disfrutar). No voy alargarme en variados argumentos, intuyo que usted denota un convencimiento tal en las posiciones que defiende que yo considero no ser quién para rebatírselo. Hace tiempo averigüe que no merece la pena defender mi afición taurina (más reducida que hace unos años) porque entiendo que la otra parte también tiene sus razones de peso.
Pero hay algunas ?cosillas? en las que parece (sólo me parece) que no respeta mi pequeña postura. Todo lo que opina una persona es subjetivo por pertenecer al área íntima de ese individuo y no tiene porqué implicar necesariamente que otra lo comparta, pero sí respetar. Yo, como usted, me emociono con Beethoven, Mozart, Bach, Velázquez, Murillo, Juan Cristóbal, Delibes, Cervantes, Cadalso, ?Suspiros de España?, un paisaje, una frase? y también, a diferencia de usted, con lances deslumbrantes y llenos ?para mí- de sentimiento, misterio y magia de Rafael de Paula, Luis de Pauloba, José Luis Bote, Ponce? y con el comportamiento del toro de lidia y hasta, fíjese, con la mirada de pena del toro. Todo lo detallado -y más- para mí es arte. Déjeme, por favor, la libertad de sentir ?mi? arte que yo le dejo sentir el suyo. ¿No le parece lógico? No me considero bestia aunque usted si me lo considere. A usted tampoco le juzgo como tal ya que no me lo parece por su manera de expresarse y sus cultas aficiones.
No quiero explayarme más, doy por hecho que este ?blog? tiene otras cosas cadalseñas más edificantes en las que ocuparse que lo que yo pueda decir en él sobre este tema. Eso sí, le rogaría con todo respeto que vuelva a leer mis primigenias argumentaciones con detenimiento. Sigo pensando que en ellas le doy más razones a usted en la postura que defiende que hace usted con las mías. Por otra parte estoy abierto, sería un placer para servidor, comentar personalmente estos pormenores, y cualesquiera otros, ante, por ejemplo, unas cervezas en uno de esos atardeceres cadalseños inigualables, ¿le parece?. No quiero que se me pase la edad sin enriquecerme con las opiniones doctas de la gente culta que me rodea. Es tan bonito aprender?
Afectuosamente,
Miguel Moreno González
Dicho esto, señor/a anónimo, creo que muchas de las reflexiones que me hace ya las exponía yo en mi citado escrito (??es verdad -?que muchas veces- el toro que se lidia es débil y mueve a compasión por las constantes vejaciones que padece dentro -y fuera- del redondel y que una masa festiva y taurinamente ignorante -que no aberrante u oscura- parece disfrutar). No voy alargarme en variados argumentos, intuyo que usted denota un convencimiento tal en las posiciones que defiende que yo considero no ser quién para rebatírselo. Hace tiempo averigüe que no merece la pena defender mi afición taurina (más reducida que hace unos años) porque entiendo que la otra parte también tiene sus razones de peso.
Pero hay algunas ?cosillas? en las que parece (sólo me parece) que no respeta mi pequeña postura. Todo lo que opina una persona es subjetivo por pertenecer al área íntima de ese individuo y no tiene porqué implicar necesariamente que otra lo comparta, pero sí respetar. Yo, como usted, me emociono con Beethoven, Mozart, Bach, Velázquez, Murillo, Juan Cristóbal, Delibes, Cervantes, Cadalso, ?Suspiros de España?, un paisaje, una frase? y también, a diferencia de usted, con lances deslumbrantes y llenos ?para mí- de sentimiento, misterio y magia de Rafael de Paula, Luis de Pauloba, José Luis Bote, Ponce? y con el comportamiento del toro de lidia y hasta, fíjese, con la mirada de pena del toro. Todo lo detallado -y más- para mí es arte. Déjeme, por favor, la libertad de sentir ?mi? arte que yo le dejo sentir el suyo. ¿No le parece lógico? No me considero bestia aunque usted si me lo considere. A usted tampoco le juzgo como tal ya que no me lo parece por su manera de expresarse y sus cultas aficiones.
No quiero explayarme más, doy por hecho que este ?blog? tiene otras cosas cadalseñas más edificantes en las que ocuparse que lo que yo pueda decir en él sobre este tema. Eso sí, le rogaría con todo respeto que vuelva a leer mis primigenias argumentaciones con detenimiento. Sigo pensando que en ellas le doy más razones a usted en la postura que defiende que hace usted con las mías. Por otra parte estoy abierto, sería un placer para servidor, comentar personalmente estos pormenores, y cualesquiera otros, ante, por ejemplo, unas cervezas en uno de esos atardeceres cadalseños inigualables, ¿le parece?. No quiero que se me pase la edad sin enriquecerme con las opiniones doctas de la gente culta que me rodea. Es tan bonito aprender?
Afectuosamente,
Miguel Moreno González
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