lunes, 31 de octubre de 2011

es tiempo de calabazas...



me han regalado una buena calabaza...


y mi mujer como es una excelente cocinera... sabrá dar buen fin a su contenido preparándola de formas diferentes...


---------------




A DEMÁS del conocido "Truco o trato", clásico juego inglés por el que los niños acuden disfrazados a las casas emulando una antigua leyenda en la que, si no reciben dulces, pueden poner en práctica cualquier diablura, las calabazas se han convertido en uno de los símbolos más populares de la fiesta de Halloween.



como el de Halloween .. que nos invaden hasta en Cadalso, la calabaza es un alimento rico en beta-caroteno, una sustancia que tras ser absorbida en nuestro cuerpo se transforma en vitamina A, y que resulta esencial para la visión, el buen estado de la piel, los tejidos y el buen funcionamiento de nuestro sistema inmunológico.
Se trata, asimismo, de una hortaliza de bajo valor calórico, cuyo principal componente es el agua y su contenido en azúcares asciende solamente al 5%. Además, la presencia de grasa es casi inapreciable. No obstante, proporciona una cantidad de fibra relevante, lo que, unido a las menos de 30 calorías que aporta por cada 100 gramos, la convierte en un alimento recomendado para seguir en dietas de control de peso.
Puro protector
Por otro lado, la calabaza es fuente importante de potasio, pero pobre en sodio, lo que le confiere una acción diurética que favorece la eliminación del exceso de líquidos del organismo. Son beneficiosas, por tanto, en casos de hipertensión, hiperuricemia y gota, cálculos renales y retención de líquidos. La razón radica en que el aumento de producción de orina favorece la eliminación de líquidos junto con sustancias de desecho disueltas en ella como ácido úrico, urea, etc.
En cuanto a aquellas personas que sufran acidez de estómago, la pulpa de este alimento puede estar "muy recomendada". Su riqueza en mucílagos ejerce una acción suavizante y protectora de la mucosa del estómago. Gracias a esta propiedad, su consumo está indicado en casos de mala digestión, pirosis, gastritis o úlcera gastroduodenal de evolución favorable.
Al ser un producto "desconocido" para muchos, los expertos recomiendan preparar calabazas rellenas, para que resulten más apetecibles para los más pequeños. Un ejemplo puede ser cocinar un sofrito de arroz o una crema de queso. Con idea de hacer más llamativos los platos, incluso se pueden preparar con calabaza diferentes postres, como flanes o tartas.



La calabaza es el fruto en baya de la calabacera y pertenece a la familia de las Cucurbitáceas. Esta familia comprende unas 850 especies de plantas, en su mayoría herbáceas, trepadoras o rastreras, que producen frutos grandes y protegidos por una corteza firme. Algunas frutas como la sandía y el melón, junto con hortalizas tan comunes como el pepino o el calabacín, pertenecen a esta misma familia.

ORIGEN Y VARIEDADES


Aunque algunas fuentes afirman que su origen está en América, parece ser que la calabaza es una hortaliza originaria de Asia Meridional. Numerosos autores antiguos citan a la calabaza en sus escritos y se sabe que su cultivo ya se producía entre los hebreos y egipcios.En un principio, la calabaza se cultivaba para el aprovechamiento de sus semillas más que para ser consumida como hortaliza. Pero esta costumbre fue desapareciendo a medida que surgieron variedades con más pulpa y sabor más afrutado.Su consumo se extendió desde Asia hasta América Central y, a partir de allí, llegó tanto al sur como al norte de este continente. Sin embargo, no fue hasta el siglo XV cuando los españoles introdujeron la calabaza en Europa, donde se propagó en mayor medida por los países de clima más cálido.En la actualidad, la calabaza se cultiva en terrenos cálidos y húmedos de todo el mundo.Las principales variedades de calabaza son la de verano y la de invierno. Calabaza de verano: variedad de piel clara y fina y semillas blandas. Tiene un periodo corto de conservación. Dentro de esta variedad se encuentra la calabaza bonetera (de color blanco, verde o amarillo), la calabaza espagueti (de color amarillo) y la calabaza rondín (variedad de piel naranja y carne blanquecina).Calabaza de invierno: variedad más dulce, pero más seca que la de verano, con menor contenido de agua y piel más gruesa. Se conserva durante más tiempo que la de verano gracias al grosor de su piel. Dentro de este grupo se encuentra la calabaza banana, la de cidra o zapallo (de pulpa gelatinosa e intenso color amarillo) y la confitera o de cabello de ángel (de forma y color variable), a partir de la cual se obtiene el cabello de ángel, utilizado como relleno en diversos productos de pastelería. La calabaza del peregrino o calabaza del vinatero es una variedad con forma de botella estrangulada que una vez seca puede utilizarse como recipiente.Existen también otras variedades de calabaza, aunque menos conocidas, como son la Americana, la Amarilla gruesa de París, la Llena de Nápoles, la Roja de Etampes, la Verde Española, la botonera y la calabacita de Brasil.
CÓMO ELEGIRLA Y CONSERVARLA



A la hora de adquirir una calabaza hay que tener en cuenta si se trata de una variedad de invierno o de verano. Si se quiere comprar una calabaza de verano es preferible elegir aquella que presente un tamaño mediano, ya que las más grandes tienen la carne más amarga. La calabaza ha de estar tierna pero firme y bien desarrollada. Las más tiernas son aquellas que tienen la piel brillante, muy suave y no excesivamente dura. Sin embargo, si la calabaza es muy pesada, sin brillo y de piel dura o áspera, conviene rechazarla. Este es un signo de que su carne está seca.Si se va a adquirir una calabaza de invierno, los criterios de calidad a seguir son distintos. Se aconseja elegir los ejemplares bien maduros y de corteza gruesa. Además es preferible adquirir aquellas calabazas que sean pesadas en relación con su tamaño. De la misma forma, se rechazarán los ejemplares que tengan la piel suave, indicador de que la hortaliza no está lo suficientemente madura.Por lo general, tanto si la calabaza es de invierno como de verano, se aconseja adquirir ejemplares firmes y con la piel intacta. Además, es preferible que conserven su rabo o pedúnculo. Esto evita que la calabaza pierda humedad.Las variedades de invierno tienen una vida útil mayor que las de verano gracias a su menor proporción de agua. Además, su piel gruesa les sirve de protección. Este tipo de calabazas pueden conservarse hasta seis meses. Sin embargo, las de verano son más perecederas. Contienen más agua y su piel fina no sirve como protección. Estas últimas, envueltas en una bolsa de plástico perforada y almacenadas en el frigorífico pueden conservarse una semana. Si se escaldan y se congelan, su periodo de conservación puede llegar a ser de un mes. Es preferible congelarlas una vez que han sido cocinadas porque si se congelan crudas, en su descongelación las pérdidas de humedad serán importantes y, por tanto, se obtendrá una calabaza mucho más seca y de consistencia alterada.

y para cocinar calabazas:



No hay comentarios:

Publicar un comentario