jueves, 21 de diciembre de 2017



El olvidado origen  de la tradición navideña del acebo...


La decoración a base de esta planta es un clásico de estas fechas, pero pocos recuerdan por qué.


Por muy despistado que seas, cuando la Navidad está cerca es imposible no ver algo que nos lo recuerde prácticamente en cada esquina. El Belén, las luces en las calles y en los escaparates, los abetos brillantes y coloridos, Papá Noel y los Reyes Magos atendiendo a los más pequeños... y por supuesto, la decoración utilizando acebo. Las características hojas y los frutos rojos de este pequeño árbol aparecen en adornos de todo tipo y son imágenes que asociamos rápidamente a estas fechas. ¿A qué se debe esta costumbre? Te sorprenderá saber que la tradición de utilizar acebo en esta época del año podría ser incluso más antigua que la propia Navidad. Desde hace muchísimo tiempo, los seres humanos han visto en la planta un símbolo de fertilidad y fortaleza, admirando su capacidad para mantenerse en esplendor a pesar del frío, la lluvia y la nieve. Por eso su presencia era frecuente en las fiestas paganas fijadas en la estación invernal.


Los romanos, por ejemplo, ya celebraban las Saturnales en la segunda mitad de diciembre. Eran importantes festividades en honor del dios de la agricultura, días enteros de grandes banquetes públicos, intercambio de regalos y un ambiente carnavalesco. Según parece, el acebo tenía ya su cuota de protagonismo en mitad del jolgorio. Tal como hacen en la actualidad los más atentos y detallistas, en la Antigua Roma era habitual engalanar los obsequios de las Saturnales con pequeños recortes de Ilex aquifolium.

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